Durante su homilía, el obispo de la diócesis de Caacupé, Mons. Ricardo Valenzuela, resaltó la proximidad del inicio del novenario en honor de la Madre común de los paraguayos, el próximo 28 de noviembre, e instó a los católicos a preparar el espíritu para esta gran fiesta mariana.
“Tenemos que venir con el espíritu preparado para agradecer a la Santísima Madre que siempre nos espera y así cumplido renovar nuestras promesas para que ella nos conceda, por medio de su hijo Jesús, lo que necesitamos”.
El obispo hizo un llamado a superar el pecado de omisión, a no quedarse con los brazos cruzados ante los obstáculos de la vida ni recurrir a excusas, esquivando o rehuyendo el compromiso cristiano. Dijo que muchos tratan de tranquilizar su conciencia, pero “somos mentirosos, hablamos mal del prójimo, murmuramos y sentimos envidias, rencores, y malos tratos”.
Valenzuela sostuvo que el pecado más grave de omisión es la falta de empeño por la familia. “No protegemos nuestra familia, se juegan por los miembros de nuestra familia; niños perdidos, personas perdidas, no hacemos nada para buscarlas e incluso se atenta contra la propia familia”, subrayó
La Fiscalía recibió 591 denuncias de personas desaparecidas de enero a octubre de este año.
ABORTO. Así mismo, el prelado cordillerano afirmó que tampoco hay empeño por la vida, por defenderla. ¿Luchamos nosotros por el aborto o contra el aborto? ¿Qué es lo que hacemos?”, se preguntó. A renglón seguido aseveró que “El Señor dijo claramente, vayan y procreen, tengan hijos, no es maten hijos”.
Abogó para que se ponga más empeño en la educación para que sea cada día mejor. “En la cultura nuestra ¿cuidamos lo nuestro?, la justicia social tan necesitada de fuerte apoyo en este momento”, remarcó el religioso.
Al bajar en el plano personal, refirió que la inteligencia que Dios da debe usarse para el crecimiento del otro y no solo para provecho personal. Que la salud no se utilice para “asaltar, robar, chantajear, estafar”.
Instó a utilizar los talentos para ayudar a los marginados de la sociedad como los inmigrantes, a los alcohólicos, drogadictos. “Están los delincuentes, los abusadores, enfermos de cáncer, gente con depresión, pobres; Jesús quiere resolver sus problemas y nos pide a cada uno de nosotros que hagamos gratuitamente y con amor”.