Fue probablemente la designación que más se hizo esperar, pero finalmente, a pocos días de que el nuevo Gobierno asuma la administración del Poder Ejecutivo, el presidente electo, Mario Abdo Benítez, despejó las dudas: el próximo ministro de Educación y Ciencias será el controvertido dirigente político Eduardo Petta San Martín.
Se sabe que el cargo fue ofrecido antes a varias otras personas, que no aceptaron el desafío. Se dijo que Abdo Benítez buscaba a una persona de mucho peso en el sector, que pueda generar consenso en los diversos sectores, ante el gran desafío que implicará gestionar la educación. Finalmente, el próximo mandatario se decidió por un perfil claramente político, antes que técnico, lo cual probablemente generará más crispación que consenso.
Ex fiscal en la región de Itapúa, ex director de la Patrulla Caminera durante el gobierno de Fernando Lugo, ex senador por el Partido Encuentro Nacional y ex candidato a gobernador de Central por el movimiento Añetete del Partido Colorado, Petta es conocido por sus resonantes acciones, muchas veces provocativas y orientadas a generar impacto en los medios de comunicación más que resultados de gestión. Habrá que ver si ese mismo estilo, que ha imprimido a sus anteriores funciones, lo trasladará al desafiante ámbito del Ministerio de Educación, o si adaptará su capacidad para responder a los desafíos de una cartera que demanda actitudes y aptitudes diferentes.
El rubro de la educación será uno de los desafíos más cruciales para la administración de Mario Abdo Benítez, por la situación crítica en que se encuentra este sector, con un muy bajo nivel de calidad en la enseñanza, con escuelas que se caen por la deficiente infraestructura y con gremios docentes y estudiantiles con muchas demandas y fuerza movilizadora.
En su edición del jueves, este diario publicó un artículo que revela que el analfabetismo se mantiene en torno al 5% de la población desde hace ocho años y no hay avances. Al día de hoy esto implica que 279.000 personas de 15 años o más no saben leer ni escribir, de acuerdo con los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), correspondientes al año pasado.
El 56,4% de los que no leen ni escriben son mujeres, en cambio el 43,6% son varones. Si se tiene en cuenta a la zona geográfica, el 60,6% proviene del campo.
Además de la exclusión social de la que son víctimas, estos compatriotas, por no poseer la capacidad de leer un documento, o mínimamente firmar, no tienen capacidad de defender sus derechos o conseguir empleos dignos. El plan del MEC era reducir este porcentaje al 3%, pero esa meta nunca se cumplió.
Esto es solo parte de la crisis educativa que se debe resolver para ayudar a sacar al país del atraso. El nuevo ministro deberá asumir la educación como una causa nacional y demostrar una alta capacidad de gestión. No se puede esperar más, hay que derribar el gran muro que detiene el desarrollo.