Aunque el presidente electo, Mario Abdo Benítez, aún no ha asegurado plenamente que el ex presidente de la República Nicanor Duarte Frutos será el próximo director paraguayo de Yacyretá, ni que el ex presidente de la Asociación Nacional Republicana, Partido Colorado, José Alberto Alderete será el director paraguayo de Itaipú, todo parece indicar que esa es la intención.
Abdo Benítez anunció el sábado último, durante el acto inaugural de la Expo 2018, que le pidió a Duarte Frutos que lidere el equipo de transición en la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), junto con el ex director de la EBY Luis Fretes, y que también le pidió a Alderete que haga lo mismo en Itaipú, junto con la ex presidenta del Banco Central del Paraguay Mónica Pérez.
La lectura de los acontecimientos políticos permite interpretar que se le ofreció a Duarte Frutos dirigir la EBY como una compensación ante la imposibilidad de apoyarlo en su intento de jurar como senador activo, ante la fuerte oposición política y ciudadana hacia una situación que se considera violatoria de la Constitución, y que además dejaría un precedente para que el actual presidente Horacio Cartes pueda hacer lo mismo, tras entregar su cargo el próximo 15 de agosto.
En este sentido, la probable designación de Duarte Frutos como director paraguayo de Yacyretá sería el fruto de un acuerdo entre el ex presidente y Abdo Benítez, sellado durante el viaje que ambos realizaron días pasados a Bolivia, para entrevistarse con el presidente Evo Morales.
Si el nombramiento se confirma, Abdo Benítez estaría usando la designación al frente de la binacional como una prenda de paz para zanjar la crisis, ya que el nuevo mandatario estaría priorizando la solución de un problema político interno de su partido, pero poniendo en segundo plano lo más conveniente para el país.
Lo mismo pasaría con la posible designación de Alderete al frente de la binacional Itaipú, al recurrir nuevamente a una gastada y cuestionada figura política dentro del Partido Colorado, ex ministro de Obras Públicas, denunciado e investigado por supuesto enriquecimiento ilícito, proceso judicial similar al que también se enfrentó Nicanor, aunque en ambos casos la Justicia acabó desestimando las denuncias.
Las dos entidades binacionales son de gran importancia estratégica para el desarrollo del país y requieren de personas honestas e idóneas en su conducción, principalmente, cuando existen vitales cuestiones de soberanía energética y política que se deberán definir en próximas negociaciones. En la práctica habrá que ver si las dos personas a ser elegidas serán las correctas para estos cargos.