El niño estaba junto a su hermana de 4 años, quien corrió a pedirle socorro a otro hermano mayor, de 7 años, quien a su vez fue a pedir auxilio a sus padres, quienes se encontraban trabajando en la casa, según revelaron ayer los padres.
El pozo, propiedad de un vecino, tenía solo una tapa de madera que, por cuestiones desconocidas cedió y el niño cayó al pozo. Tras el accidente, el dueño cuya identidad no trascendió colocó una tapa de concreto con rejas.
El héroe de la historia fue el tío, Narciso Rodríguez, porque no dudó en bajar al pozo y rescatar al niño, que logró mantenerse flotando en la superficie, según los testigos. Al tío se sumó un grupo de trabajadores que estaban en una construcción, quienes le lanzaron una piola y entre todos lograron sacarlo a pulso rápidamente.
“Llegamos al lugar con su papá y él estaba llamando a la abuela. Ahí me bajé trepando hasta donde pude, pero luego ya comencé a resbalar por la humedad y me solté. Al caer entré hasta el pecho y le saqué hacia fuera porque sentí que que sumergió conmigo”, relató el tío.
“Me abrazó fuerte y le dije, ‘tranquilo ya estoy contigo’”, agregó, al tiempo de agradecer a Dios por el milagro de mantener vivo al niño en el pozo, mientras que llegaba junto a él para ayudarle.
Rodríguez reside en el barrio Don Bosco, pero el lunes estuvo en la casa de su hermano, que le pidió que le ayudara en su trabajo. El mismo tiene experiencia en trabajar en pozos, pero había llegado a sentirse mal por falta de aire, lo que hizo que dejara de hacer ese trabajo, conforme a su relato. EM
