Cual Alcibíades de la política criolla –por sus ansias de llamar la atención, su gusto por la popularidad y el desatino vulgar– el presidente Nicanor Duarte Frutos y su ministra de Acción Social, Judith Andraschko –por prestarse y tolerar los exabruptos presidenciales– obtienen, con creces, el calificativo de “personajes de la semana”.
Si el comportamiento de ambos ha sido –tal como lo señalan estudiosos del comportamiento gubernamental– una estrategia comunicacional para distraer la atención de la opinión pública de los graves problemas que afectan al país, mal o malos asesores han encontrado.
Apelando a un lenguaje impropio, machista y por sobre todo vulgar, el mandatario no ha desviado la atención de la gente de los miles de problemas que desde su Gobierno desbordan, sino, muy por el contrario, la ha centralizado. Reafirmando la cada vez más fuerte convicción popular de que en su Gobierno la ineficiencia es la constante. Finalmente, la “apatukada” resulta ser la mismísima administración Duarte Frutos.