El procedimiento se cumplió en el cementerio del barrio Don Bosco. La intención es determinar si hubo golpes previos, pérdida de cabello, algo que se encuentre debajo de sus uñas, y todo lo que sirva para ampliar la investigación.
La Fiscalía obvió este procedimiento cuando ocurrió el hecho. “El hombre (Áñez) tiene muchísimos rastros de arañazos y golpes en los brazos, la nuca, detrás de la rodilla y creemos que con este procedimiento forense vamos a salir de muchas dudas. Él fue detenido, prácticamente, ocho días después del crimen, y todavía tenía esos rastros en el cuerpo”, explicó Julián Benítez, abogado de la familia Dávalos.
La causa tuvo como investigador inicial al fiscal Julio Paredes, luego se inhibió y asumió la fiscala Liliana Denice Duarte, quien hace unos días fue trasladada a la zona de Caaguazú. Ahora, está al frente de las pesquisas la agente Vanessa Candia.
Existen declaraciones testificales que la querella propuso para que den su versión en la Fiscalía, además de la revisión y retiro (si es que hay) del sistema de circuito cerrado del edificio Yukyry y de otros locales aledaños.
Tampoco aparece el celular de la víctima, que lo utilizó poco antes de caer al vacío, pues llamó a su amiga para que la rescatara del sitio, porque su pareja estaba muy violento, de acuerdo con datos de la Fiscalía. (N.D.)