Integran la lista 13, de conformación paritaria. “Antecediéndonos a la ley de paridad democrática, en la nuestra alternamos hombres y mujeres, porque creemos que antes que el discurso político, tenemos que hacer la práctica política”, aclara Karina.
Para ella, la política tiene que ser también coherencia. Por eso, dice, el país necesita imperiosamente que “la política esté compuesta por personas que no tengan un pasado oscuro”, ni deudas con la ley, y ella cree que quienes integran la lista 13, encabezada por el caricaturista y músico Mario Casartelli, es una opción válida.
Militancia. Diego Correa está a paso de concluir Derecho en la Universidad Católica, carrera que lleva paralela a la de Sociología, pero en la Universidad Nacional de Asunción. Según cuenta, él es candidato número 3 para diputado por Asunción, después de Karina, que está en segundo lugar. Se candidata por convicción y por compromiso, dice. Él proviene de las luchas estudiantiles. Participó del movimiento UNA no te calles por el Frente de Estudiantes por la Educación.
Karina trabajó con la migración paraguaya en el exterior, puesto que estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Católica de la Argentina. Ahora activa en el Movimiento Alternativo Progresista, mientras que Diego lo hace en el Partido Convergencia Socialista.
Propuestas Apuntando a una activa gestión legislativa, plantean impulsar una ley de alquileres, de forma urgente y para responder a una necesidad de toda la población capitalina y el cono urbano que rodea a Asunción. “En otros países existe una regulación estatal del precio de los alquileres. Acá está al total arbitrio del mercado y los propietarios”, resalta Karina.
También trabajarán por una ley de arancel cero en las universidades públicas. “Se necesitan 24,5 millones de dólares para la gratuidad de la educación superior en universidades públicas. Proponemos que se destine un porcentaje del Fonacide para ello”, cuenta Diego.
Otro eje de la propuesta es acompañar la ley de paridad democrática y apoyar toda iniciativa que promueva la participación de las mujeres en todos los ámbitos.
¿Por qué decidieron ingresar en el proceso electoral y candidatarse? Según Karina, están convencidos de que si no participan, no van a poder realizar el cambio real que necesita el país. “También creemos que estamos en un contexto histórico en el cual los jóvenes tenemos que ser protagonistas del recambio generacional”. Ella dice que están tratando de concienciar a las personas de que se necesita ese recambio, no solo a nivel legislativo, sino en todos los poderes del Estado.
Además, agrega Diego, “a los partidos tradicionales, ya todos saben y ven que es así, les mueven cuestiones prebendarias y clientelistas. Nosotros queremos y tenemos que demostrar que somos diferentes, que a nosotros nos mueve el compromiso con la ciudadanía, con lo social”.
Campaña de Cartes A ninguno de los dos les pasa inadvertido el uso de la estructura estatal a favor del candidato del presidente Horacio Cartes, Santiago Peña y, particularmente, la irrupción en los barrios marginados de la capital, como los Bañados.
“Es muy triste y lamentable la práctica oficialista en los Bañados”, expresa Diego. Sin embargo, aclara, no hay que responsabilizar a las poblaciones por hacer presencia y hasta vitorear a estos candidatos que pasadas las elecciones se desconectan de zonas como estas. “Estos compatriotas que históricamente fueron desplazados de los procesos de construcción de políticas públicas, los conocen muy bien, y a la hora de votar le darán el voto castigo”, confía.
Karina también pide intervenir sobre este tema para resaltar que “hay total impu- nidad en los actos estatales con polca colorada, utilización de niños, etc. Mientras la realidad lacerante en estas poblaciones es que hay hambre, escasea el dinero y no hay empleo. Una realidad que no se compati- biliza con el discurso del Gobierno”, resalta.
Ellos también llegan a estos barrios. “Estamos haciendo campaña, pero desde una mirada participativa. Escuchamos a los ciudadanos, tratamos de que ellos sean los protagonistas y que nosotros podamos lograr una retroalimentación”, explica.
La realidad que la aparato- sidad oficialista no ve con sus actos, según Karina, es la del trabajador que en Viñas Cué les señalaba, que cuando empezó a trabajar, el kilo de pan costaba G. 2.000. Sin embargo, hoy está a G. 6.000 el kilo y él sigue ganando lo mismo. “O la de los numerosos jóvenes que expresan su frustración porque no pueden estudiar en una universidad”.
Diego y Karina dicen que aunque no logren acceder a una banca, seguirán trabajando para convencer a la gente de que si quieren cambios, hay opciones frente a la ofertas electorales de los dos partidos centenarios.