Redacción | HORA DEL ESTE
La declaración de Fulvia Vera Marecos, mamá de Hugo Antonio, fue hecha el 25 de diciembre pasado, en la comisaría primera de Ciudad del Este.
La mujer señaló que su hijo pasaba marihuana al lado brasileño en el distrito de Mbaracayú (Alto Paraná), a cargo de Daniel Giménez, más conocido como “Dani”. Dijo que 30 días antes de que su hijo y Diego Alberto Benítez, fueran raptados, Hugo recibió una advertencia de parte de un brasileño.
La mujer relató que su hijo estaba en compañía de Dani en una canchita del barrio Emiliano R. Fernández de Ciudad del Este, cuando se les acercó un brasileño a bordo de un vehículo y les dijo que se callaran porque estaban hablando mucho. Agregó que advirtió a Hugo que obedezca a Dani, si quería seguir trabajando con ellos.
Por otro lado, la mujer también señaló que en dos oportunidades su hijo llegó a la casa con panes de marihuana.
“Algunas veces nomás vino con esa puerqueza pero yo siempre le decía que lleve a otro lado. El trabajaba de pasero, con un brasileño que parece que era su jefe, pero yo no le conozco. Yo le conté nomás a la policía en qué trabajaba mi hijo, pero sigo pensando que el policía fue quien le mandó matar”, manifestó la mujer.
A raíz de la declaración de la señora Fulvia, la fiscal Graciela Ortiz, quien investiga el rapto y posterior homicidio, señaló que ahora surge la hipótesis de un presunto ajuste de cuentas relacionado al tráfico de drogas.
“Ninguna hipótesis de puede descartar. La primera suposición es que los jóvenes fueron asesinados por el altercado que tuvieron con el policía Gustavo Blanco y la segunda es que tendría algo que ver con un ajuste de cuentas por tráfico de drogas”, manifestó la agente del Ministerio Público.
Indicó que serán evaluadas todas las presunciones en base a los elementos que vayan surgiendo durante la investigación.
Por ahora, el principal sospechoso, el policía Gustavo Blanco está con libertad condicional, otorgada por el Juzgado.
Hugo Antonio Otazú y Diego Alberto Benítez, fueron hallados muertos en un sojal de Los Cedrales el sábado de tarde. Cada uno de ellos recibió tres disparos en la cabeza, sus cuerpos ya estaban en estado de descomposición y según el informe forense, habrían sido asesinados el mismo día en que fueron raptados.