16 jun. 2025

Napout es institucionalista

El presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol hizo un balance de su primer mes al frente de la entidad rectora del balompié paraguayo. Pide paciencia. “No se puede cambiar todo en corto tiempo”, dijo.

Por Ariel Ramírez
aramirez@uhora.com.py
Su sueño era ser presidente de la APF. A un mes de su asunción oficial al frente de la entidad, habla de lo que encontró, de lo difícil que es salir de un gobierno “unipersonal”, casi autoritario y cómo conjuga el sectarismo que aún reina luego de la intensa puja electoral y el trabajo que debe hacer por el fútbol.

–¿Cuál es el balance que deja este primer mes de gobierno?
–La realidad de las cosas es que son casi dos meses. Un mes oficial, pero nosotros estamos desde el 9 de febrero. Hasta ahora, los trabajos son muy intensos, desde el punto de vista administrativo, que viví en mi carrera, porque la función en lo que se diferencia es sobre todo en la parte administrativa, porque en la parte de fútbol nada de lo que estoy haciendo me sorprende. Lo hice toda la vida, no hay nada nuevo bajo el sol.

–¿Cómo separa lo político de lo administrativo y lo futbolístico?
–Al fin y al cabo son cosas que se entrelazan en varios puntos. Pero la parte política de la APF es muy importante, es el tratamiento que se tiene con todos los clubes. Está en dejar el proselitismo atrás que yo sé que para muchos es difícil. Para mí es muy fácil por mi situación, pero yo les entiendo a los demás que cuesta olvidar lo que ocurrió en la campaña. Mi función me obliga a estar trabajando y a pensar en el futuro de la APF. En lo administrativo creo que la APF avanzó muchísimo y creo que es el momento de ir más adelante todavía. Y en lo futbolístico se está empezando un proceso por ejemplo con la selección y falta una revisión del sistema de campeonato, para futuras temporadas.

–Pero, ¿cómo controla esos sectarismos y esos vestigios del intenso proselitismo que quedaron?
–Es difícil pasar de un gobierno duro, de un gobierno bien unipersonal y al tratar de pasar de esa etapa a un gobierno que quiere darle autonomía a los estamentos, con el riesgo de que pueda convertirse lastimosamente a una anarquía si no se controla bien.
Y algunas personas no saben aprovechar la libertad que tienen, lastimosamente ese es uno de los problemas.
Nuestro gobierno es un gobierno firme, no autoritario, pero firme, las decisiones van a estar tomadas siempre con respecto al mejoramiento del fútbol. Yo no voy a transigir eso con nadie, en ningún momento, acá no está en la más mínima de las posibilidades eso, y los sectarismos definitivamente tienen que desaparecer.

–¿Encontró sapos y culebras cuando revisó la parte administrativa?
–No quiero llamarlo así. Yo definitivamente sigo en mi opinión de antes de la asamblea. No creo que los gobiernos largos sean buenos, ya no importa cómo se llame la persona, creo que por algo se necesitaba de esta renovación, por algo nosotros insistimos en el cambio. La institución es la que tiene que funcionar, lo que tiene que hacerse no es un poco acerca de la persona, sino la entidad, conozco multinacionales que funcionan como reloj, porque lo que funciona es la institución y no la persona.
He visto a gerentes y presidentes de multinacionales tipos capaces, excepcionales, que producían fortunas, que sin embargo cuando llegaba el periodo lo retiraban y vos decías como puede ser, como se da que este tipo tan exitoso salga y es porque es el funcionamiento, es simple, pero efectivo. En la APF ya no funcionaba el sistema y obviamente ya no se hacían bien las cosas, el cambio era necesario.

–¿Por qué en Paraguay no hay esa conciencia que usted reclama?
–En Paraguay todavía existe la cultura del presidencialismo, está tan fuerte, que arrastramos desde la época de José Gaspar Rodríguez de Francia y le va a costar mucho a nuestro país eliminar. Soy una persona que no apuesta a la persona, sino que apuesta a la institución y al buen funcionamiento de la institución. Acá lastimosamente somos muy ciegos todavía con respecto a eso.

–Pero hubo cuestionamientos a la memoria y al balance de Harrison. ¿Qué responde a eso?
–Eso no va terminar en un oparei. El balance de la gestión pasada sigue teniendo cuestionamientos. Estamos revisando contrato por contrato y estamos en eso. Estos 65 días han sido muy intensos. Nosotros estamos trabajando en eso, quédense tranquilos.

–¿Molesta la gente que quedó del gobierno pasado?
–De vuelta, si nos ponemos todos a trabajar y si todos lo hacemos por el fútbol, al final estamos todos bien. Ya no estoy en proselitismo, pero existe aún en el seno de la APF, y yo no les puedo hacer cambiar.
Doy mi opinión, trato de que se piense solo en el fútbol, pero ya no depende de mí que cambien la forma de pensar.

–¿Qué le pide a la afición?
–Paciencia... definitivamente pido paciencia. Si la gente cree que Paraguay se puede convertir en país con el mejor fútbol del mundo en 30 días, en 4 años o en 8 años, es una utopía, una ilusión. Hay mucho trabajo por hacer. Es cierto, el gobierno pasado ya hizo grandes cosas y que se consiguieron logros. Una cosa es conseguir resultados y otra dejar estructuras y el camino hecho.

–¿A qué se refiere?
–Lo que quiero decir con eso es que mientras no planifiquemos, no vamos a ir adelante. Cuando tenía 17 años fui a estudiar a Inglaterra y lo primero que me sorprendió fue lo que leí en un diario. Estaban plantando ciertos árboles y proyectando ciertas cosas para 30 años. Me impresionó mucho. A mi me encantaría que vos me muestres qué proyecto existe aquí que planifica para los próximos 30 años. Nosotros estamos esperando la solución instantánea, no vamos a llenar las canchas en un día, no vamos a solucionar la violencia en un día, tampoco vamos a solucionar el arbitraje en un día y tampoco vamos a salir campeones del mundo la próxima semana.

–¿Pero debe entender que el paraguayo es inmediatista?
–Y así nos va (risas).

–¿Pero se espera mucho de usted, del presidente de la APF y debe estar consciente de eso?
–Una sola persona es imposible que haga todo eso que cité en un corto tiempo. Todos los errores que se puedan cometer o se cometen, todo el público y toda la prensa terminan culpando al presidente. Este país es fabulosamente presidencialista. El presidente tiene la culpa de esto y de aquello y traigo a colación el tema de los árbitros, porque está muy vigente, si el línea estuvo mal, si el Tribunal de Justicia actuó mal, si tal cosa, todo por culpa del presidente y eso es una cuestión que arrastramos no solo en el fútbol, es una cuestión del país.
Es un pensamiento totalmente arcaico pero real. Entonces me pregunto. ¿En una copa del Mundo por ejemplo, Blatter perjudicó a 31 y favoreció a 1 para que salga campeón?

–Hablando de arbitraje, ¿hasta dónde va la autonomía de la Dirección de Árbitros?
–La autonomía de cada estamento de la APF es total. Pienso que es la única forma de actuar. Evidentemente yo confío en la gente que está en el Tribunal de Justicia y en la Dirección de Árbitros, de tal modo que puedan actuar y tomar las decisiones. Creo que son hombres capaces y responsables para corregir errores y mejorar situaciones, pero en el análisis en un momento dado, si nosotros en el futuro vemos que pueda existir una anarquía, en ningún caso vamos a dejar que eso ocurra.
Y eso pasa también con la selección, cuyo técnico debe tener una total autonomía.

Sus frases
Nada de lo que estoy haciendo me sorprende. Lo hice toda la vida, no hay nada nuevo bajo el sol.

En la APF ya no funcionaba el sistema y obviamente ya no se hacían bien las cosas, el cambio era necesario.

Si la gente cree que Paraguay se puede convertir en país con el mejor fútbol del mundo en 30 días... es una utopía, una ilusión.