Una de las afectadas, Zulma Ayala, explicó que su casa ya quedó al borde del precipicio, donde nada quedó de la estructura de piedra que la protegía. “Si llueve otra vez ya el arroyo se llevará mi casa. No tengo a dónde ir y ya no me puedo quedar en ese lugar. Tengo miedo por la vida de mi hija y mi nieta”, lamentó.
Por su parte, Teresa Núñez de Britos, cuya residencia también está en situación crítica, señaló que es la quinta vez que sufren el desmoronamiento del muro. “Le tengo a mi madre enferma y a mis nietos. El borde ya está todo carcomido y ya no tenemos por dónde salir a la vía pública. Es muy peligroso seguir en estas condiciones”, manifestó.
El presidente de la comisión vecinal Arroyo Ferreira, Eustacio Ferreira, reclamó la presencia de técnicos de la Comuna capitalina o de la SEN para apuntalar provisoriamente el terreno hasta tanto se logre una solución definitiva a este problema.
Aníbal Arias, responsable de la Dirección de Riesgos de la Comuna capitalina, informó que ya se trasladó a las personas en peligro a la casa de sus parientes y que en la fecha se estarán enviando puntales y cemento para aplicar medidas de contingencia en ese lugar.