Los primeros trascendidos apuntaban a que una de las fallecidas sería Magna Meza, una de las prófugas más buscadas, considerada una de las comandantes de la organización. Con el correr de las horas, sin embargo, se confirmó que se trataba de dos mujeres muy jóvenes, presuntamente menores de edad, cuya identidad no pudieron ser precisadas en los registros de la Policía paraguaya, pero que se hallaban en proceso de poder ser debidamente aclaradas con averiguaciones a registros de países vecinos, principalmente de la Argentina.
Por un lado, esta confirmación eclipsó bastante el impacto de la primera versión, de haber podido afectar directamente a quienes comandan el grupo, ya que el mayor cuestionamiento en todos estos años de acciones de las fuerzas de seguridad ha sido justamente el de no poder capturar o alcanzar a los principales líderes.
Por otra parte, de confirmarse plenamente la versión oficial acerca de cómo ocurrió el enfrentamiento y de que las fallecidas serían mujeres adolescentes, menores de edad, se establecería una vez más que el EPP emplea a niños y niñas en armas en sus acciones, una práctica que es condenada por todos los instrumentos jurídicos internacionales, incluyendo a las convenciones que podrían eventualmente amparar a presuntas organizaciones guerrilleras.
No hay que olvidar, sin embargo, que un gran sector de la sociedad mantiene una visión crítica e incluso escéptica ante la existencia del grupo armado, a pesar de todas las evidencias que han surgido sobre su accionar a lo largo de los años. En ese sentido, ayuda muy poco que las autoridades hayan procedido a ordenar que los cuerpos de las mujeres abatidas hayan sido sometidos a una autopsia y posteriormente sepultados en la misma noche del miércoles en el cementerio de Yby Yaú, antes de que se haya podido confirmar sus identidades.
Habrá que esperar y observar cómo prosigue el actual operativo militar, policial y judicial en la región. Mientras tanto, lo que ha sido presentado por el Gobierno como un golpe importante contra el EPP, sin dudas constituye un avance significativo, pero hasta que los principales líderes sean capturados resulta prematuro cantar victoria. Es aconsejable guardar prudencia y analizar debidamente la evolución de los acontecimientos.
Las dudas que surgen en sectores de la sociedad ante el procedimiento deben ser debidamente aclaradas a la opinión pública. Principalmente, hay que garantizar mayor seguridad a la población en el Norte del país, en donde las amenazas también provienen del crimen organizado y del narcotráfico, que siguen gozando de mucha impunidad.