En la quinta ceremonia de la novena de Caacupé, el monseñor Joaquín Robledo, obispo de Carapeguá, recordó al papa Francisco y sus frases sobre la familia, el amor y el respeto, así como la vida y todas las etapas de la vida y la importancia de estas en la construcción de una sociedad mejor. El tema del día se basó en “La familia cristiana: Santuario de la vida, es la esperanza de la sociedad paraguaya”.
“Muchas familias en nuestro país, no pueden realizar su misión por la situación de pobreza extrema que golpea a millones de hermanos nuestro. Esto atenta contra la vida y la dignidad de las personas”, refirió el obispo.
Agregó que es esta la célula más importante de la sociedad y sin embargo “ha decaído profundamente”.
“No podemos callar y ser indiferentes ante la muerte de los débiles y de los pobres, porque todo hombre y toda mujer es hermano”, manifestó.
Recordó, a través de las palabras mencionadas por el papa Francisco, la discriminación y la “eutanasia” cultural y para con los adultos mayores, al igual la exclusión laboral de los jóvenes.
Dijo que si desde niños, la crianza se realiza dentro de una familia consolidada y unida, que además de valores brinda amor y no violencia, los jóvenes llegarán con buenas actitudes a esta etapa de la vida.
Pero también instó a que estos puedan acceder a oportunidades laborales que los ayuden a crecer “para que luchen por los valores y conozcan de la dignidad adquirida a través del trabajo y el esfuerzo”, comentó.
Criticó que en ocasiones la sociedad no dimensiona la importancia de escuchar a los más pequeños, “se ahoga su creatividad y se le pide comportarse como un adultos, lamentó.
Dijo que el peor de los abandonos a los niños son cuando los tenemos cerca, en el hogar, pero desatendidos y descuidados por los mayores, "¿Qué jóvenes y que adultos serán mañana?” analizó.
No obstante felicitó a los buenos padres, caracterizados por la paciencia, “los que juegan con los hijos y les dedican el tiempo y la atención necesaria, esos hombres y mujeres a los que nadie valora, pero que son grandes porque saben respetar, cuidar y hacer felices a sus hijos y aunque ellos no lo sepan, están contribuyendo a hacer un mundo más humano, porque para un niño feliz le será más feliz ser un adulto bueno y construir una sociedad mejor”, profundizó.
En este aspecto recordó la violencia y en especial la delincuencia, instando a las personas a analizar cada hecho delictivo que ocurre en el país pensando en cuál fue el hogar que recibió un asaltante, o un criminal.
Segunda misa
La segunda homilía de la quinta jornada eucarística se realiza a las 19:00 y estará a cargo del monseñor Oscar Páez Garcete, obispo emérito de Alto Paraná.
Este domingo se recuerda el día de la Virgen de Caacupé y desde este fin de semana, cientos de fieles peregrinan, ya sea para pedir o agradecer por los favores recibidos.