SANTIAGO DE CHILE
La ex mandataria socialista Michelle Bachelet se encamina a recuperar el domingo la presidencia de Chile con un audaz programa de reformas para corregir las desigualdades sociales en el mayor exportador de cobre del mundo.
Bachelet obtuvo un 46,6 por ciento de los votos en la primera vuelta disputada hace un mes y según analistas no debería tener problemas para imponerse nuevamente el domingo a su rival conservadora Evelyn Matthei, que logró un 25,01% de los sufragios.
Ambas, hijas de dos generales de la Fuerza Aérea, que estuvieron en bandos opuestos cuando el golpe militar de 1973, que sigue dividiendo a los chilenos.
De estilo afable y cálido, la socialista quiere pasar a la historia como la presidenta que acortó la enorme brecha entre ricos y pobres en Chile mediante una revolución en la educación pública financiada con una millonaria reforma tributaria.
Hasta ahí la parte relativamente fácil. Bachelet podría hallar mucha más resistencia para reescribir la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, que limita la construcción de mayorías en el Congreso y dificulta gobernar.
“Tenemos dos alternativas este domingo: Una que quiere cambios y otra que se opone”, dijo Bachelet.
Su promesa de mejoras sociales sedujo a muchos chilenos que no se sienten beneficiados por las riquezas naturales de Chile.
Matthei, confrontacional y de carácter inflamable, corre con la desventaja de haber entrado tarde a la carrera presidencial. Además, la ex ministra de Trabajo no ha logrado convencer a la mayoría de los chilenos de apoyar la continuidad de las políticas liberales del saliente Sebastián Piñera.
Después de la primera vuelta, la candidata derechista rejuveneció su equipo de campaña para intentar seducir a votantes de centro y acortar la brecha con Bachelet en el balotaje.
“Si votaste por mí y llevas a alguien que no votó en primera vuelta, ¡sí se puede!”, dice Matthei en un anuncio de radio.
Su apuesta es mejorar el nivel de participación en los primeros comicios con voto voluntario en Chile. En noviembre sufragó la mitad de los 13,6 millones de habilitados.
Bachelet tampoco se confía. A bordo de su camión Bachemóvil ha recorrido las principales ciudades del país invitando a los chilenos a votar para asegurarse el respaldo legislativo que necesita para aprobar sus reformas.
Para la mayoría de los analistas, la suerte de la elección ya está echada y solo resta saber con qué nivel de adhesión triunfará Bachelet.