19 abr. 2024

Mi barquito de esquelita

Crisanto Bernal

Crisanto Bernal

Mario Rubén Álvarez

Ahora que voy despidiéndome –el próximo 2 de noviembre publicaré mi último artículo– de esta página que se ha convertido para mí y para mis lectores en un ineludible ritual sabatino, quiero completar una historia que hasta hoy me quedaba inconclusa.

El azar –ese misterioso cruce de circunstancias que genera una nueva realidad– ha querido que, comprando un pendrive, me encontrara con Ninfa Bernal. “Soy la hija del poeta Crisanto Bernal”, me dijo. “¿Y quién es Crisanto Bernal?, le pregunté algo sorprendido. “El autor de la letra de Mi barquito de esquelita”, me contestó. Y me dio el número de teléfono de su hermano Ireneo.

Fue allí donde se me abrió la séptima puerta del Paraíso. Por fin me reencontraba con una pista que dos veces pude haber seguido y no lo hice. Esa vez no iba a volver a ocurrirme lo mismo. La tercera, la vencida.

Recordé que días después de publicar la historia de Mi barquito de esquelita que me narró Gregorio Pérez Burgos –quien, según el registro de letra número 55.252 y de música 34.490 de Autores Paraguayos Asociados (APA) es el creador de la letra y de la música–, Ireneo Bernal –hijo de Crisanto Bernal– había venido junto a mí a Última Hora. Quedé con él en viajar a Villa San Pedro para escuchar el relato de boca de su propio padre. Aquello no fue posible.

Tiempo después, estando en una radio, volvió a llamarme. Quedamos de nuevo en reavivar el viaje. Tampoco se concretó.

Ahora, sin embargo, con el testimonio de Ireneo, es posible contar lo que desde el principio fue algo difícil de narrar. Cuando publicaba el itinerario de I –Las voces de la memoria, tomo III, de mi autoría, pág. 65, a partir del texto del Correo Semanal de ÚH– decía que era una historia ardua de contar porque había dos versiones. Una, la del docente, músico y compositor Pérez Burgos. Otra, la de Rosa Coronel, de San Pedro de Ycuamandyyú, quien decía que Abdón Peralta le había compuesto a ella la música.

Choque de versiones

–Mi papá, quien murió el pasado 1 de julio a los 74 años, es el verdadero autor de la letra de Mi barquito de esquelita si bien Gregorio Pérez Burgos le cambió en parte el texto. La música es de él, de Pere’i-, cuenta Ireneo Bernal Quiñónez en su negocio de reparación y venta de artículos para celulares sobre la calle Cerro Corá, en Asunción.

“Había una chica, Elena Quiñónez, de 16 años, que había vuelto de Asunción a Villa San Pedro que era entonces –estamos hablando de 1966– una compañía de Caraguatay; hoy lo es de San José Obrero, a 5 kilómetros de Alfonso Tranquera, Departamento de Cordillera. La cherurã ha la chesyrã, Elena, ojegusta ñemi (Quienes iban a ser mis padres se querían en secreto). Un día, cuando hubo un acontecimiento en la casa del entonces monseñor Demetrio Aquino, cerca de donde ellos vivían, al que iba a ser mi papá ya no se le permitió ver a quien sería luego mi madre. Él no supo qué hacer para volver a comunicarse con ella. Entonces, como sabía que lavaba ropa en el arroyo que estaba cerca de su casa, a unos 200 metros de la de él, que también quedaba cerca del arroyo aunque más arriba, escribió una esquela e hizo un barquito que llevó por agua el escrito. Esa noche se fugaron”, narra Ireneo.

En la casa de Elena, su padre alzó la cuchara de ella encima del solero y dijo que si volvía, allí estaba lo que le pertenecía. Ella retornó, pero ya casada con Crisanto. La paz se restableció. Y los hijos que fueron llegando hasta completar siete. Ireneo es el mayor, nacido en 1967. Doña Elena, de 69 años, vive aún en Villa San Pedro.

“Papá se reunía con el profesor Pérez Burgos –quien era maestro en la comunidad– y el músico Zacarías Cabrera en la casa de mi tío, el profesor Amado Arriola para tomar caña y conversar cada tardecita. Allí fue que papá le contó a Pere’i que tenía la letra de Mi barquito de esquelita. El profesor y músico le pidió para musicalizar su obra y grabarla, cosa que hizo cambiándole en parte la letra. Por ejemplo, en la parte donde decía Aipo’o amoîta che popytépe/ ko clavel, rosa ha reseda él puso Aipo’o amoîta che popytépe ko reseda. Y donde decía papá Ani che káusa ipochyetéva/ upe nde sy ágã nenupã puso che despresiágui upe nde sy. Y registró a su nombre letra y música. Papá no se enojó con él, aunque su sueño era figurar como coautor”, cuenta Ireno.

Pero, ¿Qué dice de todo esto Gregorio Pérez Burgos?, quien con Mi barquito de esquelita ganó el Premio Nacional de Música otorgado por el Congreso en el 2011 dotado entonces de casi 100 millones de guaraníes.

“Crisanto che tragoirû, cierto. Ha’u hendie la itrágo ha la mandi’o mimói (Crisanto era mi compañero para tomar la bebida. Tomaba con él y comía su mandioca hervida). La letra no es de él. Yo le hice a Eugenia Chaparro. Puse entre los amambái el barquito con la esquelita para que le llegara aguas abajo. Sí le puse música a la letra de Crisanto titulada Ysyry porã”, dice, por teléfono, Gregorio Pérez Burgos.


Memoria viva

Mi barquito de esquelita

Aipo’o amoîta che popytépe
hyakuã asýva ko reseda
nde rekoviárõnte che ahêtûta
flor aromada nde joguaha.

Tal vez ñande jandaikatuvéima
che despreciágui upe nde sy
tahánte che rosa del alma
ani che káusa reiko asy.

Ysyrymírente ajevaléta
la che mensaje arahauka
en un barquito la che esquelita
ýpe reikóvo teretopa.

Ha upekuévo ahypyimíta
Villa San Pedro che resay
pépe onaségui la ahayhuetéva
ombojojáva pe kuarahy.

Adiós barquito nde jarehóma
con confianza rejejokuái
noticia triste ne cargamento
para la rosa del Paraguay.

Letra y música: Gregorio Pérez Burgos
Letra: Crisanto Bernal
Música: Gregorio Pérez Burgos

Crisanto Bernal es el verdadero autor de la letra y no Gregorio Pérez Burgos, afirma Ireneo Bernal, hijo mayor del poeta.


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