18 abr. 2024

Mercado 4, un polvorín, resultado del desgobierno y la corruptela

Ante cada incidente que pone en peligro vidas y propiedades en el Mercado 4, surge el calificativo de que es una “bomba de tiempo”. Y así lo vamos a llamar, al menos hasta el próximo siniestro, cuando se volverá a poner sobre el tapete los graves problemas estructurales que aquejan al populoso centro de compras de Asunción. La responsabilidad sobre esta tragedia anunciada tiene un nombre: la Municipalidad de Asunción, que a lo largo de la historia ha sido cómplice del crecimiento desordenado y de esa ruleta rusa que se juega día a día en cuanto al hacinamiento, instalaciones eléctricas obsoletas e informales, escasa o nula dotación de dispositivos de prevención de incendio, ocupación de calles y veredas, entre otros. Habrá que terminar con los discursos y resolver los problemas que precisamente convierten al Mercado 4 en un polvorín.

El nuevo siniestro en el Mercado N° 4 nos recuerda una vez más la incompetencia de la Municipalidad de Asunción. El incendio de grandes proporciones se desató en la madrugada del miércoles, afectando a más de 15 casillas de permisionarios y alrededor de ocho edificios del sector privado.

Una vez superado el inicial y justificado susto —valorando que no haya habido pérdidas de vida, y lamentando las materiales—, podemos poner el foco del debate y del análisis en las precariedades que han quedado expuestas.

El Mercado Municipal N° 4 es un punto de referencia fundamental en la ciudad de Asunción, es colorido y pintoresco, pero el desorden en el que creció es responsabilidad exclusiva de la Municipalidad de Asunción.

El hacinamiento y la sistemática ocupación de calles y veredas, el amontonamiento de los puestos, además de las instalaciones eléctricas clandestinas, la falta de control y la mirada cómplice por parte de los funcionarios de la Comuna nos han llevado a la actual situación.

Creado en el año 1942, el Mercado N° 4 es el heredero del antiguo Mercado Guasu del siglo XIX, ubicado en el centro de Asunción. Este caótico hormiguero humano fue creciendo a lo largo de 79 años hasta llegar a un estado de desorden, con puestos de venta cubiertos por carpas y plásticos que hacen de techo y apenas filtran la luz del día.

El mercado es un símbolo de la ciudad y sin lugar a dudas se merece mucho más de lo que las sucesivas autoridades le han dado.

Con cada elección municipal surge la catarata de promesas de cambio y mejoras, pero al final a esas promesas siempre se las lleva el viento. Lo que es aún peor, el caos sigue creciendo y con él se incrementa también el peligro.

El último siniestro que se había registrado en el mercado fue en julio, y afectó a varias casillas del Paseo de los Yuyos, lugar donde trabajan al menos diez familias.

Un vendedor, miembro de la Asociación de Comerciantes del Mercado 4, recordó el incendio anterior, ocurrido en el mes de julio de este año, en la zona del Paseo de los Yuyos, y comentó que ya antes se había pedido la intervención por hechos como la venta de pasillos y el caos.

En el Paraguay las instituciones, por lo general, no aprenden las lecciones duras que la realidad les ofrece. Es el caso de la Municipalidad de Asunción, que tras la tragedia del incendio del supermercado Ycuá Bolaños, en el año 2004, con más de 400 muertos, ha sido incapaz de implementar una mejora en el control de la infraestructura de los locales para prevenir incendios.

La falta de prevención es casi la marca país. El Mercado N° 4 es un ejemplo bastante significativo de ello. El reciente siniestro es el segundo que se tuvo en este año en el lugar. Y ante cada situación se han de repetir los mismos discursos, aunque después ninguna autoridad hará algo para cambiar la situación.

Es inadmisible la indiferencia y el desgobierno que reina en la administración del Mercado Municipal más emblemático de la capital. La Municipalidad de Asunción es directamente responsable de esta bomba de tiempo.

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