Se trata de la vacuna de procedencia rusa, Sputnik-V, producida por el instituto estatal Gamaleya, en Moscú, una de las que en principio generaban menos confianza de todas las que se encontraban en proceso, pero que recientemente acabó siendo reconocida por los estudios científicos con un 92% de eficacia. El medicamento, que se debe administrar en dos dosis, ya ha sido autorizado en más de una veintena de países, incluyendo al Paraguay, y viene siendo administrado desde finales del 2020 en diversos puntos de la Argentina.
Los científicos del Instituto Gamaleya destacan que la vacuna tiene una eficacia similar en las personas mayores de 60 años y que no se han detectado efectos adversos graves en los vacunados, más allá de fiebre y cansancio. Utiliza dos tipos de adenovirus del resfriado humano, modificados con información genética del nuevo coronavirus. Primero se inyecta una clase de adenovirus y 21 días después se inocula una dosis de refuerzo con el otro tipo.
En el caso del Paraguay, tras la llegada de las primeras dosis, las mismas deberán someterse a un estricto control de las condiciones en que se encuentran durante 48 y 72 horas, para luego iniciar la aplicación. La vacuna debe mantenerse en todo momento a menos 18 grados. En el caso de comprobarse que se ha perdido la cadena de frío, la partida deberá ser desechada.
Cabe señalar que la obtención de esta primera partida de la vacuna rusa es el producto de una negociación directa, tras muchos reclamos del sector médico y de la misma población, y no de una provisión a través del sistema Covax, programa impulsado por la Organización Mundial de la Salud para garantizar que los países más pobres puedan obtener la dosis, por el cual el Gobierno paraguayo había apostado casi como única opción, pero que hasta ahora no ha dado resultado.
Ello ha hecho que, mientras la mayoría de los demás países ya estaban vacunando, el Paraguay, junto al Uruguay son los únicos que aún no cuentan con partidas de vacunas aseguradas.
Esta grave incapacidad de gestión gubernamental le ha hecho perder un tiempo valioso al país, causando aún más graves pérdidas, al impedir la plena reactivación económica y el retorno a actividades más seguras, prolongando todavía mucho más la situación de riesgo para la salud pública.
Ahora urge mejorar las negociaciones para contar pronto con muchas más dosis que puedan garantizar la inmunización de gran parte de la población, a fin de empezar a derrotar a la pandemia y recuperar pronto el valioso tiempo perdido. El pueblo paraguayo ha hecho un gran sacrificio desde que se inició la crisis por el coronavirus, el Gobierno debe estar a la altura de lo que se espera de él.