El Vaticano presentó el viernes en una rueda de prensa la beatificación del Albino Luciani, elegido papa el 26 de agosto de 1978 y cuyo repentino fallecimiento, en la mañana del 29 de setiembre a los 65 años, sorprendió al mundo entero, convirtiendo su pontificado en uno de los más breves de la historia y desatando numerosos interrogantes y leyendas sobre los motivos de la muerte. “Es increíble que se pregunten aún por teorías incluidas en volúmenes de novela negra, que son solo basura publicitaria, porque la Historia se construye con fuentes y documentos”, dijo la periodista Stefania Falasca, autora de varios libros sobre Luciani y vicepostuladora (quien se ocupa de recoger la información de la causa para la canonización), sobre hipótesis como la de que fue envenenado para evitar su lucha contra la corrupción financiera.
Falasca, que ha dedicado más de seis años en reunir la documentación, aseguró en la rueda de prensa que todos los informes médicos, toda la documentación clínica y los historiales prueban que se trató de una muerte inesperada debida a un infarto y que no se consideró necesaria una autopsia porque nada indicaba que no fuera una muerte natural.
La también vicepresidenta y representante legal de la Fundación Vaticana Juan Pablo I explicó que los documentos muestran que el Papa había tenido ese mismo día un dolor en el pecho.
El 17 de octubre de 2016 se depositaron en el Dicasterio para las Causas de los Santos cinco volúmenes con más de 3.500 páginas y en noviembre de ese mismo año concluyó la investigación diocesana en Buenos Aires, para la beatificación con la documentación de la supuesta curación extraordinaria, en 2011, de una niña en riesgo de muerte inminente debido a una forma grave de epilepsia refractaria y a un choque séptico. Candela Giarda, la niña argentina que se curó gracias al milagro de Juan Pablo I, no podrá estar en Roma por una lesión en un pie, pero envío hoy un video con su madre en el que agradeció al Papa la que ha sido “su segunda vida”. EFE