Madrid, sede de la final de la Champions (mañana desde las 15.00), ha inaugurado un dispositivo de ocio sin precedentes en el centro de la ciudad para recibir a los aficionados del Tottenham y del Liverpool.
Dos equipos que se clasificaron segundos, que tuvieron que sufrir en la última jornada de la fase grupal, que apenas tuvieron respiro en las eliminatorias y que requirieron una proeza, el Tottenham en Ámsterdam y el Liverpool en Anfield ante el Barcelona, para sellar su billete a Madrid. Dos caminos de riesgo para la gloria.
Tottenham, del argentino Mauricio Pochettino, busca reverdecer viejas glorias como en la década de los 70 y 80, donde alcanzó el éxito en UEFA. Con más bajas que refuerzos, el elenco londinense pretende asentarse entre los más relevantes del fútbol inglés.
Por su parte Madrid representa una nueva oportunidad para el alemán Jurgen Klopp del Liverpool, otra vez al asalto del trofeo de la Liga de Campeones que se le ha escapado en dos ocasiones (2013 con Dortmund y 2018 con Liverpool). El elenco rojo apunta a obtener su sexta consagración en Europa.