EFE
BUENOS AIRES-ARGENTINA
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, reconoció ayer que en el 2018 el país acumulará una inflación de “alrededor del 30%”, más de cinco puntos sobre la de 2017, algo que achacó al “tormentón” que ha supuesto la fuerte devaluación del peso y la subida de los precios internacionales del petróleo.
“Nos salvamos de ir al 1.000.000% de inflación de Venezuela, pero todavía estamos batallando contra la inflación. Es una mala cultura y un mal hábito”, reconoció el jefe de Estado en una entrevista con la radio Cadena 3, de la ciudad de Córdoba.
Según los últimos datos oficiales, la inflación de junio subió 3,7% respecto a mayo, y acumuló en el primer semestre del año un alza del 16%, por lo que sobrepasó la última meta establecida por el Gobierno para todo el 2018 –el 15%–, un límite que dio por descartado el mes pasado tras la fuerte devaluación del peso.
“Este año terminaremos con una inflación de alrededor del 30%, lamentablemente, producto de este tormentón, el aumento en el petróleo y la volatilidad cambiaria, pero va a bajar el año que viene”, sentenció Macri.
En el mismo sentido, auguró que los precios (que en el 2017 acumularon una subida del 24,8%) bajarán este mes y seguirán esa tendencia.
“Y en dos o tres años vamos a tener inflación de un dígito, como nos hemos comprometido y como tienen el 99% de los países”, subrayó.
Macri afirmó que han tenido que aumentar en algunos casos las facturas un 1.000%, pero consideró que ahora se está más cerca de donde tienen que estar.
El Ejecutivo recalca que durante el Gobierno de Cristina Fernández (2007-2015) se fomentaron altos subsidios públicos que generaron una fuerte desinversión que llevó al país a importar energía en vez de exportarla.
“La buena noticia es que en Vaca Muerta –reserva de hidrocarburos no convencionales en la Patagonia– en estos dos años y medio, hemos producido resultados impresionantes. Pasamos de cada vez producir menos gas y petróleo a más. El año que viene vamos a exportar petróleo”, sentenció el mandatario.