“No cambio mi dignidad por mi libertad”, afirmó el ex jefe de Estado Lula da Silva, en una carta escrita a mano, divulgada por sus abogados y en la que rechazó la posibilidad de poder salir de la cárcel para trabajar, propuesta la semana pasada por la Fiscalía, por considerar que tanto su proceso como su condena son ilegítimos.
El líder socialista se pronunció sobre la posibilidad de libertad condicional luego de que los fiscales responsables por la Lava Jato, la mayor operación de combate a la corrupción en la historia de Brasil, presentaran ante la Justicia una petición para que Lula pueda cumplir el resto de su condena en régimen semiabierto, que le permite trabajar fuera de la cárcel.
“Quiero que sepan que no acepto cambalaches con mis derechos y mi libertad. Ya demostré que son falsas las acusaciones que me hicieron. Son ellos (los fiscales) y no yo los que están presos en las mentiras que le contaron a Brasil y al mundo”, insistió.
“Lo que Lula desea es que la Corte Suprema se pronuncie sobre esos recursos que pueden llevar a la anulación de todo el proceso y a que se le otorgue plena libertad sin condiciones”, dijo al respecto su abogado, Cristiano Zanin.
El ex mandatario brasileño cumple actualmente una pena de ocho años y diez meses de prisión, ratificada en tres instancias diferentes, por los delitos de corrupción pasiva y blanqueo de capitales, tras haber sido hallado culpable de recibir un apartamento en el balneario paulista de Guarujá a cambio de favores políticos a la constructora OAS.
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Sobre él ya pesa otra condena a otros doce años y once meses de cárcel en un caso muy similar, con una finca en Atibaia (interior del estado de Sao Paulo), que supuestamente fue entregada como coima, pero la sentencia fue dictada hasta ahora en primera instancia y aún no confirmada en la segunda.
El exgobernante tiene otros procesos abiertos en la Justicia por igualmente asuntos de corrupción y siempre ha declarado su inocencia y que es víctima de una “persecución judicial” que busca evitar su regreso al poder.