El presidente Fernando Lugo apeló a un discurso más duro al enfrentar la problemática campesina, ramificada en varias ocupaciones y marchas en distintos puntos del país.
Tras retornar de su gira internacional por Washington, El Salvador y México, el jefe de Estado primeramente minimizó el conflicto rural, señalando que “la crisis no es nacional” al no existir una situación similar en el Chaco.
El Poder Ejecutivo señaló que tiene identificados tres focos de conflicto en San Pedro, Caaguazú y Alto Paraná.
Lugo fue contundente. “No nos asustan las amenazas, de ningún grupo”, advirtió principalmente a aquellas organizaciones campesinas que siguen ocupando propiedades privadas y exigiendo una rápida solución al Gobierno. El presidente dijo que hará cumplir la ley para todos los sectores. Acotó que no permitirá que nadie logre desestabilizar y romper el orden constitucional. “Por eso reitero que nunca les vamos a dar gusto a todos los sectores”, aseveró el mandatario. Reafirmó su compromiso de que impulsará una profunda reforma agraria, que no solamente consista en la repartición de tierras.
REPRESIÓN. Lugo no respondió sobre la represión sufrida por los campesinos frente a la Fiscalía que llegaron hasta el sitio para reclamar el cambio de ministros de la Corte y del fiscal general del Estado.
Más tarde, recibió en Mburivicha Róga a los dirigentes Belarmino Balbuena y José Peña. (Más información en la página 6.)
Pero para Lugo el cambio del Poder Judicial no pasa por una remoción de sus hombres, sino que necesita una reforma profunda en el proceso de selección.
FILIZZOLA MINIMIZA
El ministro del Interior, Rafael Filizzola, fue el vocero designado por Lugo para hablar sobre la represión campesina. Señaló que las primeras informaciones hablan de que hubo provocación de parte de los labriegos y que se analizarán las imágenes para deslindar responsabilidades. En tono conciliador, criticó la violencia de ambos bandos.