Se apagan las luces, se abre el telón y a lo lejos se escuchan unas voces: "...¡Avanzar… siempre! ¡Desanimar… nunca!”. Con este “grito de guerra”, empieza el relato animado en torno a un pesebre que ilustra el verdadero sentido de la Navidad.
De este modo, con mucha creatividad, un grupo de jóvenes pertenecientes a la orden religiosa Los Heraldos del Evangelio pretende rescatar la historia del Nacimiento del Hijo de Dios.
“En esta época en que predominan el consumismo y el materialismo, la gente se olvida del verdadero sentido de la Navidad. Entonces, con este pesebre queremos recordarle a toda la gente que el verdadero celebrado en la Navidad es el Divino Niño Jesús, que se encarnó y se hizo hombre como nosotros, para redimirnos”, explica Sebastián Cadavid, responsable de la muestra.
UNA TRADICIÓN. Este estilo de pesebres es una tradición que se inició en Francia y es la primera vez que se realiza en nuestro país. Su preparación llevó más de dos meses y para ello vino un especialista en montajes que ya hizo un trabajo similar en Costa Rica. “Allá, el pesebre con luces, sonido y movimiento empezó hace seis años y tiene un promedio de 10.000 visitas durante la exposición”, asegura Cadavid.
El espectáculo consiste en la narración de la historia del Niño Jesús y el contraste de cómo se vive en el mundo de hoy. “Es muy catequético y tiene sobre todo un valor educativo muy importante. Para los chicos es también atractivo por los colores y las imágenes; así como para los mayores, por la historia que cuenta”, afirma el heraldo.
La muestra
El pesebre animado de los Heraldos del Evangelio seguirá habilitado durante todo diciembre y enero, de lunes a viernes, de 17 a 21. La sede de la congregación está ubicada en el barrio Manorá (Agustín Barrios 341 c/ Dr. Bestard, teléfono 660-307).
El local en el que se exhibe tiene capacidad para 30 personas y cada función dura un total de 15 minutos. El acceso es libre, y a la salida uno puede dejar su testimonio en un cuaderno de visitas.