Brigitte Colmán - bcolman@uhora.com.py
Actúan como si tuvieran novio nuevo.
Sonríen, se toman de las manos y no paran de hablar bien de él. De vez en cuando, hasta dejan escapar algún suspiro.
Hablo de los amigos de Federico Franco, la gente más feliz del mundo desde el viernes 22 de junio.
De hecho, la preferencia que anda demostrando Federico hacia ellos resulta hasta exasperante.
Sobre todo, porque los ciudadanos paraguayos, los de a pie, sin empresa y sin estancia nos sentimos relegados.
De un día para otro, tras el juicio político exprés al presidente Lugo, quienes objetamos el procedimiento, pasamos a convertirnos en indeseables.
Esto por decir lo menos. Pues hay quien prefiere llamarnos bolches, zurditos, etcétera.
ÉXITO ECONÓMICO. Cuando desde la UIP y ARP lanzan loas al nuevo presidente, y diatribas en contra del que fue expulsado de la cancha, una no puede menos que desconfiar un poco. Les explico.
El hecho es que en estos cuatro años de gobierno de Fernando Lugo, tengo entendido que al país, en términos económicos, no le fue tan mal. Si así hubiera sido, los que ahora suspiran de emoción por Federico, algo hubieran hecho para denunciarlo a Fernando Lugo.
Es más, si la pobreza fuera tanta y tan desesperante, ¿por qué en el microclima país no se siente?
Yo no creo que Lugo les haya perjudicado a ellos. Lugo nunca fue un radical. No le quitó su empresa a nadie.
Ni siquiera fue capaz de hacer la reforma agraria. Y es más, creo que siguió respetando los privilegios de muchos.
Para mí, y aunque suene un poco raro, en realidad ese grupo de paraguayos simplemente nunca se lo bancó a Lugo.
Ya sea porque no había química con él o por cuestiones epidérmico-partidarias.
CLASE POLÍTICA. Pero definitivamente lo que no puedo entender es que los grupos económicos que celebran la caída de Lugo, no tengan ni una línea de crítica a nuestra clase política.
No logro entender que les estén dando un cheque en blanco a los que fueron bautizados por la ciudadanía de dipuchorros y senarratas.
Y me preocupa que no les importe que este mismo Parlamento haya trabado durante años el IRP y la aprobación del crédito para el Metrobús.
Para ellos, estos diputados y senadores son los mejores, y solo porque juntaron 39 votos para echar a un presidente electo por los ciudadanos.
No les creo a los amigos de Federico cuando nos cuentan una historia de desdichas.
Porque no creo que el crecimiento económico del 15% del año 2010 y hasta el 4% del 2011, no les haya beneficiado a ellos, de alguna manera.
Y por cierto, eso de que no les importaría salir del Mercosur suena a simple y pura arrogancia.
Sinceramente, da un poco de miedito que Federico les quiera más a ellos que a nosotros.