24 jun. 2025

LO BUENO,LO MALO Y LO FEO

Opinión

Martes|25|NOVIEMBRE|2008

Si cien días no son nada... ¿cuántos serán suficientes?

Lo bueno

- La esperanza vigente. Pese a las incertidumbres y las contradicciones ya vistas, ya sentidas, sigue vigente gracias a algunos estamentos gubernamentales que sí encararon con profesionalismo los desafíos. Pero no basta. Se la puede perder.

-La gratuidad de los servicios de salud pública. Una decisión histórica para responder a la necesidad de cientos de miles de compatriotas. Esto sí es un cambio evidente. Ojalá se imite en otras áreas.

- Las investigaciones y denuncias serias contra la corrupción. Lastimosamente, si bien algunos actuaron con seriedad y contundencia, otros actuaron con pomposidad mediática, mucha pirotecnia y pocas nueces.

- Los concursos para puestos públicos. Todavía son pocos pero ha habido algunos. Ciertos entes los adoptaron como política. Otros, lamentablemente, siguieron contratando correlíes y amigotes mientras hablaban de profesionalismo e igualdad de oportunidades. El cambio todavía está por verse.

Lo malo

-Los acuerdos con Venezuela. No los acuerdos en sí, sino la forma en que se quiso hacer tragar el “buzón” a la gente. De acuerdos ocultos está empedrado el camino a la supuesta transparencia que en los discursos dice mucho pero en la práctica actúa con los mismos esquemas ocultistas del pasado. El “fin del secretismo” anunciado por Lugo en su asunción debe todavía encarnarse.

-Los caprichos de Camilo. Dos secretarías de Estado, miles de horas de funcionarios y recursos del Estado puestos al servicio de que se cumpla la “profecía” del “niño rebelde” de no permitir la realización del rally del Chaco. Toda la energía gastada en esta pulseada “contra los niños ricos” sirvió para nada. Para nada más que comprobar la peligrosidad de adoptar posturas y decisiones alejadas de las normas legales.

-El impuestazo bajo la manga y la concentración de poder de Borda. En vez de combatir la evasión y antiguos privilegios, el único plan era “más y nuevos impuestos para los que ya están pagando”. Por otro lado, la “decretocracia” ya ha arrasado con instituciones, entidades y normas legales. Borda propone y Lugo firma y dispone. Luego lo niega.

-La ley del ñembotavy. Lugo eligió el mejor camino para perder la credibilidad con que llegó al Gobierno. Dice sí a todos, luego hace lo que se le antoja. Para quien reclama, siempre hay una excusa o “60 años de culpas ajenas acumuladas”.

Lo feo

-La falta de rumbos claros y planes específicos de gobierno. Hay una sensación de que si alguien pregunta hacia dónde vamos, aparecerán decenas de dedos índices indicándonos diferentes rumbos. Ah, y lo peor, que todos esos dedos serán del mismo Gobierno.

- Las tensiones generadas en el campo y la ciudad por la ambigüedad gubernamental en el tratamiento de los problemas suscitados. No pocos tienen hoy la sensación de que estamos más cerca de la “ley de la selva” que del imperio de la legalidad.

-La improvisación y las contradicciones. La Cancillería es paradigmática. Un día se dicen diatribas oficiales contra “el imperio del norte” y a la semana se programan abrazos oficiales en el salón oval de la White House. Se reclama respeto a la soberanía viajando en un avión prestado por quien será objeto de nuestros berrinches diplomáticos. Quien nos tome en serio, realmente nos hará un gran favor... inmerecido.

Cada quién puede ver el vaso medio lleno o medio vacío. Pero no es cuestión de rechazar las críticas o repetir el sempiterno “cien días son pocos para el cambio que se necesita”. Si no hay resultados, al menos tenemos derecho a esperar rumbos claros.

El título de este artículo es el mismo de un antiguo film enmarcado en el género del “western spaghetti”. Allá por los años 70, se creía que dicho género sería un “boom” en la historia cinematográfica. No pasó de ser un bluf. Ojalá no sea este el rumbo cierto para tantas incertidumbres acumuladas.