“Para mí latino es la mezcla de blanco y negro, creo que nuestras raíces son mixtas y venidos de raíces afroamericanas. Cuando oigo la música, es adonde me va la sangre de manera natural. No me siento necesariamente fuera de lugar en una compañía predominantemente afroamericana, porque siento que soy uno de ellos” explica a Efe Linda Celeste Sims.
La compañía Alvin Ailey nació en 1958 para dar oportunidad a los bailarines afroamericanos, para desarrollar coreografías pensadas para jugar con el poder narrativo de un color de piel menos visto en los escenarios de ballet y que reacciona de manera diferente a la iluminación y para explotar una anatomía sin duda privilegiada.
Poco a poco fue abriéndose a otras etnias y así Sims, de padre dominicano y madre nicaragüense, pero nacida en el Bronx, lleva ya 18 años en la compañía.
En “Lift”, que se representará hasta el 4 de enero, se funde en sensuales danzas que juegan a la ingravidez, a la fusión de los cuerpos, al disfrute animal de un hombre demasiado atrapado por el convenio social y que sobre el escenario del NY City Center queda liberado por la música de Curtis MacDonald.
“Es un viaje y encontrar momentos en tu vida en los que puedes tener tiempo de elevarte, algo que te eleve, porque la vida es dura y tiene muchas tribulaciones a veces”, explica quien también participara en esta temporada de la compañía en uno de sus montajes más celebrados, “Revelations”, del propio Ailey, y en “Chroma”, de Wayne McGregor.
“Lift” es el único espectáculo en el que esta bailarina formada en el Ballet Hispánico va a compartir escenario con la otra latina de la compañía, Belén Pereyra, y además se ha sentido en sintonía con el planteamiento coreográfico de la canadiense Aszure Barton.
“Ella describe esta pieza como una sopa, tienes que tener buenos ingredientes. Ella tenía la idea clara de lo que quería desde el primer día, pero dejó que fuera evolucionando hacia la pieza que es hoy. Yo era un ingrediente en esa sopa y creo que le he podido dar un sabor diferente a esa sopa en alguna manera”, asegura.
Pereyra, por su parte, llegó al Alvin Ailey hace ahora dos años y medio, por lo que la temporada que ahora comienza, y que le llevará de gira por veintitrés ciudades de Estados Unidos, supone la tercera de su trayectoria en una compañía en la que siente que ha encontrado un espacio de libertad.
“Me considero una bailarina versátil y necesitaba algo que alimentara eso. Alvin Ailey es la única compañía que tiene esa característica, ese nivel. Nos empuja en todas las direcciones”, asegura a Efe Pereyra, quien también participará en “D-Man in the Waters (Part 1)”, de Bill T. Jones, y “Four Corners”, de Ronald K.Brown.
Además, el Alvin Ailey ha recuperado para esta temporada la colaboración que el fundador de la compañía, fallecido a causa del sida en 1989 en Nueva York, con el maestro del jazz Duke Ellington: “Pas de Duke” y “The River”.
Mateo Sancho Cardiel