De acuerdo con los datos oficiales, de los G. 12,9 billones (USD 1.870 millones al cambio actual) que fueron autorizados por los artículos 33 y 35 de la normativa y que se encuentran disponibles al último corte, se han ejecutado solamente G. 9,5 billones (USD 1.379 millones). En términos porcentuales, el nivel de ejecución llega al 73,7%.
Esto significa que existe aún un saldo pendiente de uso que llega a los G. 3,4 billones (USD 491 millones).
Este remanente, según las previsiones del Ministerio de Hacienda, debe ser destinado en gran parte al Ministerio de Salud para la continuidad del fortalecimiento del sistema sanitario, el mantenimiento de los equipos adquiridos el año pasado y para cubrir los rubros creados para el personal de blanco, a modo de estar mejor preparados en caso de una eventual segunda ola de la pandemia. En total, se proyectaron unos USD 250 millones para esta cartera.
Con este saldo, el Tesoro Público también podría cancelar la deuda flotante asumida con Fuente 20, que estaría en torno a los USD 200 millones.
La deuda flotante del Estado está compuesta por obligaciones registradas contablemente y no canceladas al cierre del año pasado, entre los que se encuentran cuentas con contratistas y proveedores de bienes y servicios, además de transferencias corrientes y pagos por bonificaciones y horas extras, entre otros.
RENDIMIENTO. El reporte da cuenta de que los rubros que tienen que ver con el funcionamiento del Estado son los de mayor ejecución (ver la infografía).
Para el pago de salarios al aparato público, bonificaciones especiales al personal de blanco, compensación a empresas públicas por subsidios a sus clientes y transferencias a pensionados, se utilizaron entre el 94 y el 99% de los fondos asignados.
Los programas de capitalización a la banca pública y al Fondo de Garantías del Paraguay (Fogapy) para asistencia a mipymes, principalmente, también registraron una alta ejecución, con el 99,3%; mientras que los planes de subvenciones a formales e informales, como el Pytyvõ, Ñangareko y los pagos hechos por IPS, tuvieron una ejecución del 85,5%.
Los proyectos financiados con la Ley de Emergencia para la reactivación económica obtuvieron un avance del 71,6%. En este ítem entran los programas de obras públicas, asistencia a productores y las acreditaciones a trabajadores informales dentro del Pytyvõ 2.0, que a la fecha continúan.
El rubro de peor ejecución fue salud. De los G. 2,8 billones disponibles para mejorar el sistema sanitario público, el Gobierno ha logrado utilizar solo G. 619.268 millones, lo que equivale a un rendimiento de apenas el 21,4%.
Datos oficiales indican que fondos obtenidos para atenuar impacto del Covid-19 se utilizaron en un 73,7% al cierre del 2020. Saldo sería destinado a Salud y pago de la deuda flotante.