Un informe de la consultora MF Economía, que toma datos de la procesadora de tarjetas Bancard, muestra que las ventas con tarjetas de crédito a los turistas extranjeros, principalmente argentinos, han registrado una caída del 32% al cierre del mes de agosto.
El principal factor para la merma en las ventas se debe a que con la devaluación del peso argentino a los turistas se les encarecieron los bienes locales, las tiendas de ropa, hoteles, restaurantes y, principalmente, comercios dedicados a la comercialización de productos electrónicos, que son los más afectados por esta situación.
En los meses de febrero a abril del año pasado se alcanzó el tope de ventas a los turistas del vecino país, con promedios de crecimiento de hasta 119%; inclusive, habían alcanzado el pico histórico de representar hasta el 26% del total de las ventas comerciales con el dinero plástico a nivel país. Esa relación bajó ahora al 12%.
El fenómeno del desplome en el ritmo de las ventas inició desde mayo de este año, cuando la moneda argentina comenzó a devaluarse frente al dólar americano.
Actualmente, la pérdida del valor de cambio alcanza el 125%, según las estimaciones del Banco Central del Paraguay.
Con esta coyuntura, el economista Manuel Ferreira considera que es ahora cuando se comenzará a notar, con mayor fuerza, el impacto en la caída del consumo.
No obstante, consideró que si eliminan los topes en la tasa de interés que establece la Ley 5476/15, el sector comercial podría reactivar fuertes promociones permitiendo estimular el consumo.
Desde hace más de un año en el Parlamento está paralizado un proyecto que busca modificar el artículo 9 de la ley de tarjetas; sin embargo, ningún sector político ha impulsado el estudio siquiera en las comisiones asesoras. De igual modo, la Asociación de Bancos del Paraguay hace tres años había promovido una acción de inconstitucionalidad a la ley de tarjetas, pero de momento la Corte Suprema de Justicia (CSJ) no se ha expedido.
Si todo sigue igual, esta desaceleración en el consumo se va a profundizar por lo menos un año y medio más hasta que la inflación en Argentina equilibre los menores precios a valores similares al mercado local, señaló Ferreira.