Una opción, la del rechazo, actualmente es mayoritaria en los sondeos, pero con una tendencia a la baja frente al apruebo, que parece ganar terreno en medio de un gran número de indecisos. Aunque en el referéndum solo habrá dos opciones en la papeleta, en la sociedad ya se ha instalado también la idea de que, sea cual sea el resultado, la reforma constitucional proseguirá después del 4 de setiembre.
En este contexto, sesenta organizaciones sociales inauguraron esta semana la “Casa Ciudadana del Rechazo”, un comando para el no, que tiene como uno de sus motores el eslogan “hecha con rabia”.
“Muchos de estos movimientos y sus causas participaron del proceso constituyente a través de las iniciativas de norma popular, pero lamentablemente no fueron escuchados. Este texto no es una propuesta que nos una como chilenos y por eso, con mucha esperanza, saldremos desde la sociedad civil a decir que queremos seguir avanzando”, señaló el vocero, Claudio Salinas. El ex gobernador de la provincia de Cautín, el abogado mapuche Richard Caifal, critica que la propuesta supone un movimiento pendular, pasando de un estado garante de libertades a uno omnipresente.
“Caemos en un excesivo estatismo. El estado actual garantiza a los particulares realizar cualquier actividad económica, y la propuesta elimina esa posibilidad. Por ejemplo, por los derechos de la naturaleza. El estado que era subsidiario pasa a ocupar el protagonismo de nuestra realidad”, señaló Caifal. Stephania Jeldrez, portavoz de Con mi plata no, organización que defiende la propiedad individual de los fondos de pensiones administrados por empresas privadas, criticó la mayor presencia del estado. EFE