Muchas personas están casi permanentemente expuestas a elegir: levantarse o quedarse, hacer ejercicio o seguir quieto, visitar a algún cliente o hacer alguna tarea operativa, leer o instruirse de otra forma, rezar o buscar otra práctica espiritual, buscar una pareja o esperar; y así sucesivamente. Cuando se habla de prioridades nacionales como educación, salud o seguridad, por ejemplo, a menudo pensamos que su mejora debe venir de algún lado distante, alguna acción ajena, algo que alguien más debe hacer. Pasadas las elecciones de las autoridades más importantes del país, quedan otras elecciones: cada uno de nosotros debe analizar en qué puede ayudar. Eso significa que solucionar los problemas más importantes del país, que afectan a todos y cada uno en distinta medida, depende también de mí. Paraguay necesita que todos los sectores puedan trabajar juntos y que cada persona entienda su rol.
Ese enfoque es muy trascendente cuando se trata de un emprendedor. Elegir socios, productos, servicios, locales, colaboradores, proveedores, canales de distribución y otras decisiones son muy significativas, así como decidir cómo se llevará la contabilidad, se pagarán impuestos, se tratará a la gente, se cuidará el medioambiente y los demás lugares públicos. Si bien seguimos y seguiremos cuestionando la calidad del gasto del Estado hasta que se note una exponencial mejoría, cada emprendedor puede evaluar si su cumplimiento de impuestos, salarios o pagos es el apropiado. Todo lo que ayudemos disminuyendo evasión puede ayudar mucho. Todo lo que acordemos para mejorar el bienestar de colaboradores y proveedores puede implicar mayor productividad y gente disfrutando lo que hace. Todo lo que podamos colaborar en mejor educación y capacitación nos beneficiará a todos.
Por otro lado, hay un camino de crecimiento personal y un camino de crecimiento empresarial, y viceversa: tratar bien al cliente o consumidor, y animarnos a competir. En muchas ocasiones preferimos dar explicaciones que cumplir la promesa con el cliente de precio justo por el bien o servicio anunciado. En muchas ocasiones alegando tamaño del mercado, tipo de cambio, mediterraneidad o condiciones internacionales preferimos monopolios, oligopolios y cualquier otra figura en lugar de desarrollar competitividad.
Elegir rendir cuentas ante socios, familia, accionistas, gobierno o comunidad y ser transparentes sin temor a auditorías o calificadoras son procesos que nos harán madurar y crecer. La parte buena es que tendremos más oportunidades de permanecer y ser útiles, y la parte mala de no animarnos a las actitudes correctas es que nuestros errores y omisiones afectan a los mas débiles, a los colaboradores y proveedores.
Nos vemos en el próximo XIV Congreso Internacional de la ADEC (https://congreso.adec.org.py/), una gran oportunidad de encuentro constructivo.
Que Dios nos ilumine para hacer buenas elecciones.