07 feb. 2025

Las familias se reencuentran tras larga y forzosa ausencia

Desde España o Estados Unidos, muchos compatriotas regresan tras meses o años sin ver a sus familiares. La alegría del reencuentro no oculta el drama social que significa el forzoso exilio por falta de trabajo.

La impaciencia ganaba a los familiares de los viajeros, mientras de a poco se instalaban en ellos la incertidumbre y la desesperación, tras más de dos horas de espera. ¿Será que llegó en este vuelo?, se preguntaban ansiosos y con la mirada casi fija en la puerta de desembarque del aeropuerto Silvio Pettirossi, lugar donde ninguna señal confirma la llegada de los vuelos, por lo que los familiares no tienen más alternativas que aguardar agolpados frente a la salida del sector de desembarque.
De pronto, los gritos y llantos, la confusión de besos y abrazos y un estallido de sentimientos inundan el lugar. Terminan la angustia y a la añoranza, y las sonrisas avizoran un fin de año festivo con la familia y los afectos reunidos.
Elías, de seis años, de la mano de su abuela, aguardó estoico a su padre Roberto que regresaba al país luego de más de un año y medio en España. “Estamos contentos con el regreso de Roberto, sobre todo por mi nieto, que se quedó con nosotros”, comentó Mercedes Vázquez.
Los siete hijos de Benicio Salinas también pasaron de la tensión de la espera a la algarabía del reencuentro con su padre, uno de los últimos en traspasar la puerta de ingreso al país proveniente de España, donde lleva trabajando tres años y tres meses.

ESPERA. María González, una joven paraguaya que trabaja hace dos años en España, se adelantó en volver al terruño, pero también estaba en la estación aérea aguardando con nerviosismo a Alberto, el novio español que por primera vez visita Paraguay.
Igualmente dura resultó la espera para Pelagia de Martínez, quien con otros familiares esperaba a sus dos hijas y a su nietita que provenían de Estados Unidos.
Pelagia y sus tres hijos viven en Washington desde hace 14 años. Relata que resolvió dejar el país y acompañar a su marido pensando en mejores oportunidades, sobre todo de estudios para sus hijos. “Creo que mis hijos no son felices allá, porque piensan en el Paraguay, y tampoco acá, porque ya están formados en los Estados Unidos”, confesó.
Pelagia está en Paraguay hace 15 días y comentó que el viaje a Asunción le llevó 32 horas. Además de esa penuria mantiene la expectativa por retornar definitivamente al Paraguay.
Esta decisión ya fue tomada por Lourdes Vázquez, que retornó de España hace tres meses. Para ella la migración tuvo un alto costo ya que sus cuatro hijos que quedaron con la abuela sintieron el impacto de su ausencia. Su hija Evelyn, de doce años, fue la más afectada. “No es la misma cosa estar con la abuela que con el papá y la mamá", afirmó.

Benicio Salinas
“Estoy regresando de España después de 8 meses y volveré a marcharme en enero, porque trabajo allá. Mientras nuestro gobierno siga así, sin hacer nada, vamos a tener que seguir migrando para trabajar afuera. La migración es muy dura, al principio cuesta mucho conseguir trabajo y sin papeles es más complicado todavía. El gobierno tampoco hace nada para que haya una regulación de la migración laboral y podamos viajar bajo contrato y tener condiciones dignas de trabajo.”