EFE-AP
Bagdad
Los primeros atentados tras la ejecución de Sadam Husein dejaron ayer 81 muertos en las ciudades de Bagdad y Kufa, en momentos de gran tensión entre musulmanes chiíes y suníes.
El atentado más grave ocurrió poco después del mediodía en el barrio de Hurriya, una zona en el noroeste de Bagdad.
En esta parte de la ciudad las explosiones de tres vehículos, dos de ellos en una calle comercial, y uno tercero cerca de una escuela de primaria, dejó 39 muertos y 25 heridos.
Este barrio, actualmente habitado mayoritariamente por chiíes, albergaba antes de la invasión de Irak en marzo de 2003 tanto a iraquíes chiíes como suníes.
Estos últimos huyeron como consecuencia de la violencia sectaria que estalló el pasado 22 de febrero, tras un atentado contra una mezquita chií en la ciudad de Samarra.
El cuarto coche explotó enfrente de una zona de aparcamientos en el barrio de Al Asadiya, y causó heridas a dos agentes de policía.
Otro ciudadano murió y siete resultaron heridos por una quinta explosión en el también barrio bagdadí de Al Iskan.
Ese acto de violencia no fue el único que sacudió Irak después de la ejecución del dictador iraquí, que fue ahorcado sobre las 6.00 hora local (3.00 GMT).
KUFA. Fuentes del Ministerio de Interior iraquí informaron que el estallido, que se produjo en un mercado de frutas y verduras de la ciudad de Kufa, a 180 kilómetros al sur de Bagdad, causó 35 muertos y 45 heridos.
El coronel Negm Abdel Kader, responsable de la localidad de Tel Afar, dijo que cinco civiles perdieron la vida y otros ocho resultaron heridos cuando un atacante suicida detonó su carga explosiva en un mercado popular en el céntrico barrio de Al Mualemín.
En Bagdad, dos personas murieron y seis resultaron heridas al explotar un coche bomba que estaba aparcado cerca de una mezquita suní en el barrio de Azamiya, en el norte de la ciudad, según fuentes del Ministerio del Interior.
Tras el ahorcamiento del suní Sadam, miles de iraquíes salieron a las calles, unos para celebrar la noticia, sobre todo en las provincias chiíes del sur de Irak, y otros para condenarla, como los chiíes del norte del país.
Los toques de queda fueron establecidos en la población natal de Hussein –Tikrit– y en Samarra, ambos en la provincia suní de Salahudin al norte de Bagdad.
A pesar de las restricciones impuestas, hombres armados de Tikrit salieron a las calles con la foto del ex presidente y efectuaron disparos al aire, pidiendo venganza.
La Policía dijo que los soldados iraquíes arrestaron a 39 sospechosos con ''numerosas armas’’ en Balaz Ruz, a 70 kilómetros al noreste de Bagdad.
Las fuerzas de seguridad iraquíes y las tropas estadounidenses en el país se mantienen en alerta máxima ante la posible escalada de violencia, aunque como se evidenció en ocasiones anteriores, poco o nada podrán hacer para evitar más derramamiento de sangre