21 jun. 2025

La violencia es un impedimento para el crecimiento de América Latina

La violencia en América Latina no solo es un lastre para el desarrollo de la región: también supone una barrera para el crecimiento económico, publicó el diario El País de España.

Peligro.  El informe destaca la proliferación de las armas en manos de los latinoamericanos.

Peligro. El informe destaca la proliferación de las armas en manos de los latinoamericanos.

Las cifras son abrumadoras: en 2010, la violencia se “comió” el 10,5% del PIB de Honduras, el 8,7% en Paraguay y el 3,3% en Chile. En este último caso, la cantidad asciende a 6.520 millones de dólares (4.810 millones de euros), destaca el medio español.

Un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), titulado Seguridad ciudadana con rostro humano, presentado este lunes en Madrid, ha cuantificado el coste de la violencia en términos del producto interior bruto de cinco países latinoamericanos.

De acuerdo a El País, el responsable del PNUD para América Latina y subsecretario general de Naciones Unidas, Heraldo Muñoz, fue claro: “Es la gran paradoja latinoamericana: ha existido un crecimiento económico excepcional que ha eliminado pobreza, pero al mismo tiempo ha aumentado la violencia y la inseguridad”.

Las consecuencias de esa violencia son personales y económicas: una de cada tres personas ha cambiado el lugar donde hacer compras o divertirse por miedo a la violencia. De los encuestados que han sido víctimas de un delito, entre un 45% y un 65% ha dejado de salir de noche, según el país.

La violencia se ha cobrado la vida de un millón de latinoamericanos en la última década: en la mayoría de países de la región, la tasa de homicidios supera las 10 víctimas por cada 100.000 habitantes, que la Organización Mundial de la Salud considera el límite por encima del cual el asesinato pasa a ser una epidemia.

“La inseguridad no es un problema de la Policía o del Ministerio del Interior. Es un problema de desarrollo y debe tratarse como tal”

De acuerdo al medio español, el propio documento señala que “la inseguridad en la región tiene una explicación multidimensional en la que inciden la precariedad del empleo, la inequidad persistente y la insuficiente movilidad social”.

Y es ahí donde reside la paradoja. “El desarrollo económico en América Latina ha reducido la pobreza pero ha mantenido la desigualdad”, dijo Muñoz. “Es un crecimiento económico de baja calidad, basado en el consumo. El acceso a la movilidad social continúa siendo muy bajo y genera un grupo de gente que quiere su parte del pastel”.

Esta desigualdad se agrava con la privatización de la seguridad. “Ahora mismo hay 3,8 millones de guardias de seguridad privados en América Latina, frente a 2,6 millones de policías”, apuntó Muñoz. Y esta seguridad privada es la más armada del mundo: los vigilantes latinoamericanos tienen diez veces más armas que los de Europa.

El texto recuerda que la correlación entre desigualdad y violencia no es lineal. Otros factores, como el crecimiento de las familias monoparentales y las migraciones, el aún alto nivel de abandono escolar y el crecimiento acelerado de las grandes ciudades –impulsado por ese mismo progreso económico– contribuyen a debilitar el tejido social, lo que sirve de caldo de cultivo a los comportamientos delictivos.

Por su parte, la ex ministra de Relaciones Exteriores de España, Ana Palacio, advirtió que “no hay inversión sin seguridad ciudadana y jurídica”. el paÍs