25 ene. 2025

La usina Acaray opera con riesgo de falla latente

Existe la posibilidad de accidentes porque los generadores están viejos y obsoletos. ANDE no garantiza la confiabilidad del servicio de energía eléctrica. La solución es modernizar y repotenciar.

La represa hidroeléctrica de Acaray opera desde hace años con la posibilidad latente de fallas derivadas de sus 30 años de uso continuado y la falta de mantenimiento, que a esta altura resulta insuficiente para mantener la dinámica de producción y reclama medidas urgentes de modernización.
La Administración Nacional de Electricidad (ANDE) se mantiene en la incertidumbre con respecto al futuro inmediato de la usina y pone en duda la confiabilidad del servicio porque varias piezas vitales de difícil sustitución pueden colapsar en cualquier momento.
Un informe interno de la División de Generación y Transmisión, dependiente de la Gerencia Técnica, afirma que hace 16 años no se hace mantenimiento general, a pesar de que el límite para este tipo de trabajos es de 10 años.
Esta situación origina un riesgo de falla latente de la represa, por lo cual las programaciones de la generación de potencia (para la transformación en energía) no son confiables, según lo reconoce la misma ANDE.
Acaray consta de cuatro unidades generadoras de potencia energética, con una producción nominal de 60,7 MVA (megavatios ampere) por cada unidad.
Hasta la fecha se han efectuado, sin adjudicación por declararse desiertas, dos licitaciones para la modernización y repotenciación de los grupos generadores 3 y 4, que son los que se encuentran en peor estado físico y técnico.

INDEFINICIÓN. La falta de definición sobre el concurso de precios ha llevado la situación a un peligroso estado de incertidumbre, más aún si se tiene en cuenta que Acaray provee directamente el 10 por ciento de toda la energía que consume el Paraguay.
Esta situación hace que la ANDE reduzca la compra de energía de las binacionales Itaipú y Yacyretá, logrando una reducción del gasto por compra de energía (contratación de potencia), y la consecuente disminución de la presión sobre la tarifa para el usuario final.

Los efectos del problema
- Confiabilidad deteriorada: Las unidades generadoras presentan baja garantía de calidad, mientras la necesidad de mantenimiento preventivo y correctivo cada vez se vuelve más imperiosa.

- Escasa flexibilidad operativa: La precaria condición de los generadores hace que los mismos estén operando a medias, lo cual lleva a disminuir las reservas de agua de los embalses de Yguazú y Acaray.

- Obsolescencia tecnológica: La poca confiabilidad de los viejos sistemas electrónicos de la represa dificultan la sincronía operativa.

- Compra de energía: Debido a la demora de las obras, la ANDE debe hacer compras adicionales de potencia a un costo mensual de US$ 7.380.000.

- Riesgos de averías graves: La operación de las máquinas en las deterioradas condiciones actuales aumenta el peligro de accidentes de gran magnitud.

- Exportación de energía: Ante la indisponibilidad de potencia de almacenamiento para ser utilizada en las horas punta, ANDE deja de percibir ingresos de US$ 3 millones al año.