Por Wilson Ferreira
CIUDAD DEL ESTE
Se estima que 20 establecimientos ganaderos desaparecieron en un lapso de 2 años en Alto Paraná, eliminando –al mismo tiempo– unas 30 mil hectáreas de pasturas de alta calidad, según revelan informes proporcionados por la oficina regional del Servicio Nacional de Salud Animal (Senacsa).
Agrega que si bien las duras sequías de los últimos años le pusieron freno al avance de la soja en esta zona, igualmente, en esos años hubo una disminución de la actividad ganadera dando paso a plantaciones del referido rubro, explican los técnicos del la entidad.
Los datos de Senacsa subrayan que el cierre de los establecimientos ganaderos implicó “la desaparición de unas 30 mil hectáreas de pastura de primer nivel”, y añaden que los sojeros siguen deforestando masivamente las estancias de la zona. El informe explica que la intervención en dichos sitios se realiza en base a proyectos ambientales presentados y aprobados antes de la vigencia de la conocida Ley de Deforestación Cero, que cuya vigencia fenece este año.
La región cuenta actualmente con 253 mil cabezas de ganado, pero años atrás se tenían más de 500 mil, según revelan los registros de las instituciones encargadas del monitoreo de comunidades, especialmente de aquellas que anteriormente se dedicaban con exclusividad a la producción ganadera.
REDUCCIÓN. Los técnicos de Senacsa estiman que entre pequeños y grandes productores de ganado se perdieron unas 50 mil hectáreas de tierra, las que actualmente están siendo preparadas para cultivos agrícolas, especialmente la soja. Sin embargo, no se descarta que la cifra sea aún mayor, considerando los precios internacionales de la oleaginosa.
Los ganaderos suponen que si no se registraban las pérdidas de los últimos 3 años para los sojeros, hoy ya no habría ganaderos en el departamento. Actualmente es común observar las maquinarias en los lugares en donde estaban asentadas grandes estancias.
Los empresarios del rubro soja siguen deforestando en los diferentes sectores del departamento y sus operaciones están llegando a los distritos Juan León Mallorquín (Ka’'arendy) y Juan Emilio O’'Leary (Cheiro Cue). En esos lugares, hace dos años atrás, la soja no figuraba entre sus rubros de producción agrícola.
Denuncias de contaminación
El nuevo panorama en la zona viene acompañado de las denuncias de supuestos casos de intoxicación de animales a causa del contacto permanente con los agrotóxicos utilizados en gran escala por los productores de soja.
En caso más reciente se dio a finales del año pasado, cuando en la localidad de Los Cedrales se denunció a la Secretaría del Medio Ambiente de la Gobernación, la muerte 8 lecheras, 1 toro, 3 vaquillas y 4 toritos, por supuesta intoxicación.
Ediles departamentales están preocupados por la situación, debido a que no existe ningún control por parte de las autoridades pertinentes. Los animales prácticamente no tienen espacio y deben subsistir en medio de grandes sojales.