Paraguay tiene la mejor red de laboratorios para la investigación de resistencia a los antibióticos entre 14 países de la región. Seis instituciones públicas y tres centros privados reportan cada caso que aparece. Los datos pueden ayudar a mejorar el tratamiento de las infecciones. Así lo expresó Gabriel Schmunis, consultor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
“Lo importante es tener la información. Hace 10 años el número de datos era tan pequeño y tan básico, que era imposible hacer una acción. Ahora el país tiene un excelente sistema de vigilancia, posiblemente el mejor en la región”, afirmó el experto, quien participó de un encuentro en Asunción, con representantes de otros seis países. El objetivo de la reunión, coordinada por la OPS y la agencia de los Estados Unidos USAID, es planificar acciones para disminuir la resistencia antimicrobiana.
Las consecuencias del mal uso de antibióticos genera alta preocupación en los especialistas del sector sanitario. A nivel mundial, cada vez es más difícil combatir a las bacterias que atacan el organismo, porque ellas mutan y se vuelven resistentes a los fármacos. El tratamiento de una neumonía resistente a antibióticos es hasta 30 veces más caro.
MALOS HÁBITOS. Ninguna gripe se cura con antibiótico, porque se trata de una afección producida por un virus. La característica de este tipo de enfermedad es que se “autolimita”, es decir, se cura sola, con un poco de reposo y alimentación liviana. Pero la persona no lo sabe y compra cualquier medicamento en la farmacia.
Esto es el inicio de un peligroso círculo vicioso, tanto para su salud personal, como la de la gente que le rodea.
Cuando una persona consume antibióticos sin prescripción médica o no completa la dosis recetada, deja la puerta abierta para que los microorganismos adquieran resistencia. Puede que la próxima vez que se enferme, ese antibiótico ya no le sea útil y tenga que consumir un producto más caro.
La penicilina, el primer antibiótico que se descubrió hace 80 años, curaba prácticamente todo tipo de infecciones. Pero ahora no. La investigación de la red de laboratorios en Paraguay verificó que un 18% del agente que produce la neumonía es resistente a la penicilina.
Aún así, para los expertos es muy importante que los médicos opten siempre que sea posible por los fármacos más simples y antiguos, como la penicilina y la amoxicilina, porque si recetan otras gamas de antibióticos hay más posibilidades que la resistencia a los nuevos fármacos aumente y la ciencia médica se quede sin opciones para combatir a las infecciones.
Captura de datos en red
En el Laboratorio Central se recepcionan datos de cinco instituciones públicas y tres centros privados. La tarea inició en 1999. Forman parte de la red: el Hospital Nacional, Clínicas, Hospital General Pediátrico, IPS, Instituto Medicina Tropical, y los laboratorios privados Meyer Lab, Díaz Gill y del Centro Médico Bautista. Cada vez que estos establecimientos procesan muestras sobre resistencia bacteriana, lo reportan.
El coordinador del proyecto, doctor Esteban Riera, explicó que los presentan anualmente a nivel nacional e internacional. Actualmente se está capacitando a profesionales de Ciudad del Este, Encarnación y Chaco, para extender la red al interior.
Wilma Basualdo: “Prescripción es anárquica”
Los médicos deberían prescribir los antibióticos según el protocolo sugerido por la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Pero no lo hacen. Un diagnóstico de situación inicial, mostró que la adherencia a las guías de uso antibiótico era solo del 40%. Esto significa que apenas 4 de cada 10 profesionales tienen en cuenta las recomendaciones de los expertos para recetar. “Es muy anárquica la prescripción médica”, puntualizó la doctora Wilma Basualdo, representante de la oficina nacional de la Alianza para el Uso Prudente de Antibióticos (APUA, por sus siglas en inglés).
En base a estos datos, comenzaron las acciones. La doctora Ana Campuzano de Rolón, del Centro Materno Infantil del Hospital de Clínicas, explicó que el trabajo se realiza en grupos focales, por ejemplo con los residentes de la facultad y los responsables de regiones sanitarias.
Los costos de curación aumentan hasta 30 veces
El tratamiento para neumonías resistentes en el Hospital Nacional de Itauguá es treinta veces más costoso que el de un paciente común. Además un paciente con neumonía resistente permanece internado dos veces más y gasta 22 veces más en análisis laboratoriales.
Estos datos fueron revelados en un estudio sobre costos de las infecciones hospitalarias, elaborado por la Organización Panamericana de la Salud en 1999, en Paraguay. La información sirve como base para los especialistas para encarar acciones correctivas.
En el caso de las infecciones urinarias, el costo de los antibióticos es 11 veces mayor cuando se trata de una bacteria resistente que en los casos comunes. Aunque la internación no varía en días de estancia, se gasta casi cinco veces más en análisis.
Los gastos no solo aumentan para el paciente, sino para el sistema de salud. Los resultados de estos estudios mostraron que por cada infección resistente a fármacos, el costo adicional para el Hospital Nacional era de 5.300 dólares, para un caso urinario y 8.700 dólares para una neumonía. En el Hospital de Clínicas este sobrecosto estimado por cada infección urinaria fue de 13.600 dólares y el de una neumonía, 13.900 dólares.
Enfrentar el problema de la resistencia a los antibióticos es meta de la Iniciativa de Enfermedades Infecciosas de América del Sur (SAIDI, por sus siglas en inglés), que comenzó a desarrollarse en Paraguay, Perú y Bolivia, con financiamiento de USAID.