La perspectiva y los reproches a Berizzo fueron mermando, tras la caída ante Argentina por 1-0 se había observado en el segundo tiempo un repunte futbolístico que no dejó de ser interesante aunque carente de gol, incluso más, de haber empatado Paraguay que hizo mérito para ello, las críticas de la afición no hubieran sido tan duras.
Luego vino Chile, que tuvo poca consistencia para frenar la impetuosidad de la escuadra nacional que sacó una diferencia de dos goles siendo superior a su adversario. En verdad lo ofrecido en el orden individual y colectivo fue lo mejor expuesto hasta ahora en la Copa América permitiendo la clasificación a cuartos de final. La fisonomía también fue distinta con el ingreso de Carlos González, arremetedor, guapo para pelear todas dentro del área y ese era un reclamo que debió entender antes el conductor de la Selección, a quien se le pedía mayor peso ofensivo. Otro jugador que lució alto fue Braian Samudio, no solo por su gol, es que se movió con inteligencia en el ataque. En cuanto a la zona defensiva, apareció con firmeza David Martínez, el último nacionalizado, imponiendo personalidad y proyectándose cuando fue necesario. Lo que aún falta y es una asignatura pendiente y repetitiva son los centros de Arzamendia y Espínola, comienzan bien y terminan mal. Otro aspecto a señalar es la tranquilidad con la que se desenvolvió Almirón, su función específica fue atacar y cuando lo hace sobresale por su exquisitez técnica y velocidad. Esto de bajar e ir a buscar el balón en su propio campo lo desgastaba.
En líneas generales todo el grupo anduvo bien, lamentablemente la lesión de Bareiro fue el saldo negativo y está bajo estricto control médico. Se recuperan Lucena y Samudio, el más sentido el volante de Cerro.
La Selección trabaja en el complejo Nilton Santos, que está pegado al estadio donde enfrentará a Uruguay, y consideramos que Berizzo mantendrá la misma base, salvo los lastimados.
Calmó los ánimos
El ambiente en Uruguay mejoró ostensiblemente tras el triunfo ante Bolivia. Tabárez, el conductor celeste, maneja los mismos nombres para el encuentro de mañana. Una de las variantes del jueves pasado fue el ingreso de Nahitan Nandez desde el arranque, donde el jugador del Cagliari “hizo su propio partido”, ganándose toda la confianza como para arrancar ante Paraguay. Otro mediocampista que dejó plasmada su capacidad es el siempre bien ponderado para la prensa charrúa Giorgian De Arrascaeta, perteneciente al Flamengo. Vale la pena mencionar que en este tipo de torneos para el mercado uruguayo es capital, no solo en busca del trofeo, sino la proyección de las transferencias que le pueden significar a un jugador un gran paso en su carrera, como Nico De la Cruz, que de River de Argentina está en el interés del Manchester United y de la Fiorentina. Al igual que nuestra Selección, la uruguaya cierra aprestos más que entusiasmada por la última muestra.
Renacen los deseos
Colombia, que casi amarga a Brasil en la última partida, se llenó de ánimo y sus principales figuras, incluyendo al mismo técnico piensan en llegar lo más lejos en el certamen. La pausa por la fecha libre le permitirá reacondicionar su formato aguardando a quién enfrentar en la siguiente fase de la competencia. Una de las selecciones más pretenciosas, justamente la cafetera, que pegó el grito al cielo por la determinación de Pitana cuando permitió proseguir la acción que originó el empate transitorio. El gol fue legítimo, su contextura fue la que se discute, es que por una mala posición y la duda del árbitro, los colombianos quedaron parados interpretando que se cortaba la jugada, la misma siguió derivando en el empate donde el propio arquero Ospina se distrajo escapándosele el balón.
Por otra parte, y por lo desarrollado futbolísticamente, Rueda, al frente del plantel no ocultó su satisfacción y apuntó en llegar lo más lejos posible, reviviendo las esperanzas como había alcanzado su país hace 20 años en 2001.
Solo en la final
Por el panorama actual y por los resultados registrados, los principales candidatos, Brasil y Argentina, solo podrán reencontrarse en el último juego de la Copa América, siempre y cuando vayan avanzando.
Esta situación despertó un interés notable, en especial porque se podría ver el mano a mano entre Lionel Messi y Neymar. Para los seguidores del fútbol es como una final soñada, puesto que se enfrentarían dos figuras rutilantes y excluyentes del balompié mundial. La espina la sigue teniendo Argentina en cuanto a títulos, su última conquista data de 1993 cuando derrotara a México 2-1 en Guayaquil. La Albiceleste era dirigida por Basile y contaba en su plantel con jugadores renombrados como Batistuta, Simeone, Gorosito y Redondo, entre otros. Equipazo. La verdeamarela, por su parte, es el actual monarca y el más ganador en los últimos diez años.