Doña Reina, quien actualmente es voluntaria de un grupo de prevención de consumo de drogas en el barrio Santa María de Asunción, comentó que luego de su experiencia con su nieto de solo 16 años buscó ayuda en varias instituciones con el objetivo de colaborar para que otros jóvenes no caigan en lo mismo.
Experiencia de vida
Las noches en la casa de doña Reina se convirtieron de a poco en el punto de encuentro de los amigos de su nieto, donde a altas horas siempre pedían pizza. La moto del delivery llegaba cada noche, pero no así la comida, lo que se convirtió en una alerta para la abuela.
El primer paso fue preguntar al adolescente, pero siempre evadía cualquier tipo de conversación, por lo que la mujer acudió a la madre de su nieto.
“Yo no entiendo mucho de tecnología así que ella comenzó a indagar a través de sus redes sociales y esas cosas. Descubrimos que el delivery no era de pizza”, cuenta doña Reina.
La abuela, de inmediato, tomó la decisión de dejar de preocuparse, para ocuparse de la situación; así que acudió primeramente a la Secretaría Nacional Antidrogas para recibir alguna orientación, porque no sabía nada “sobre el asunto de las drogas”.
Allí comprendió que el problema no radica solo en el consumo sino en la realidad de cada uno.
“El problema está en la familia, los padres separados, golpeadores, alcohólicos, madres solteras que no priorizan a sus hijos, padres que trabajan todo el día, que están en otros países, jóvenes abandonados, pero no porque los padres quieran sino por las circunstancias que les toca vivir”, reflexionó la abuela.
Ahora la mujer no solo sigue luchando por la recuperación completa de su nieto, también organizó a un grupo de voluntarios que trabaja en la prevención de drogas en la capilla Santa María, donde le brindaron un lugar para luchar contra este flagelo.
Comentó que en ese barrio la droga hace estragos, ya que hay niños de entre 9 y 10 años que ya probaron algún tipo de droga. “Estamos trabajando con toda la comunidad, porque todos juntos tenemos que hacer frente a este problema que nos afecta, desde las familias hasta las instituciones privadas y del Estado”, manifestó.
Finalmente explicó que los niños y jóvenes buscan en las drogas expresar sus sentimientos, como tristeza, soledad, depresión, o canalizar responsabilidades, ya que muchas veces se quedan a cargo de tres o cuatro hermanos menores asumiendo roles que aún no les corresponde.
“Generalmente experimentan, prueban, pero luego les gusta el efecto, que les retrae de su realidad, luego ya buscan y caen en la adicción”, manifestó.
¿Cómo hablar de droga con los hijos?
Por su parte, Graciela Barreto, de la Dirección de la Reducción de Demanda de la Senad, explicó cómo abordar el tema de la droga con los hijos en etapa escolar y a dónde recurrir de acuerdo al caso.
Desde el Departamento de Control de Centros Educativos, la comisaria María Agustina Achucarro explicó los operativos realizados en los centros educativos.
Otra de las situaciones alarmantes es la falta de centros de adicción, ya que solo existe uno a nivel país que depende del Estado.
El médico Daniel Cantero del Centro de Adicciones enfatizó que el problema debe ser tratado desde la familia porque cada vez son de menor edad los pacientes que acuden al centro asistencial. “Tenemos chicos de hasta 7 años internados”, especificó.
El alcohol es también considerado una droga y existe una evasión de la realidad, explicó por su parte Facundo Villagra, de la Asociación para la Investigación y Prevención de las Adicciones.