No obstante, adelantó que si el enfrentamiento bélico llega a escalas mayores y se suman países como Irán, se generará otra dimensión de impactos importantes en el precio del petróleo, en el ritmo de la producción mundial y en la inflación, lo que también ubicaría a Paraguay como uno de los países perjudicados.
“Algunas agencias internacionales incluso avizoran un escenario en el que el precio internacional del crudo podría llegar a USD 150 el barril, y que la inflación podría también subir en promedio 1% más a nivel global”, destacó.
Más allá de eso, Colmán mencionó que la incertidumbre del escenario en Medio Oriente genera un movimiento natural de inversionistas, que buscan refugios para sus capitales, y que los títulos de los países desarrollados, como los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años, tienen actualmente más demanda.
También destacó que la semana anterior se publicó un informe sobre perspectivas de la economía mundial, a cargo del Fondo Monetario Internacional (FMI), en el que se observa que el crecimiento global se desacelera a un ritmo suave, con una menor producción industrial.
“Además, todavía existen efectos de la pandemia, especialmente en regiones de economías en desarrollo, como América Latina, con producción por debajo de su nivel prepandemia en un 5%. Esto, mediante un cálculo personal, también se nota en la producción nacional: Paraguay se encuentra por debajo de los niveles prepandemia aproximadamente en un 5%”, mencionó.
El referente posteó además ayer en su red X: “Conflicto en Israel. La tragedia humana sube la probabilidad de una escalada militar. La región es un proveedor de energía y un paso clave de transporte marítimo. Antes, la guerra árabe-israelí de 1973 condujo a un embargo de petróleo y estanflación”.
imaep. A nivel doméstico, Colmán apuntó que, respecto de la desaceleración experimentada y registrada por el Indicador Mensual de la Actividad (Imaep) en los últimos meses, lo que se nota es en realidad una normalización en su ritmo, luego de un impacto positivo por la recuperación agrícola y que permitió dar un salto importante a la actividad durante el primer trimestre de este año.
“Pero es más bien una normalización del indicador, con un ritmo que va a tono con la convergencia de la tasa de crecimiento, estimada por el BCP en un 4,5% para fin de año; estamos en línea con eso”, especificó el funcionario.
También señaló algunas referencias con respecto a la evolución del dólar, reconociendo que desde mayo aproximadamente la banca matriz no toma participación ni interviene en el mercado cambiario. “Estamos ausentes; se nota que se mantuvo estable (la cotización) y la tendencia actual es una cuestión estacional, ocurre en esta época. Más allá de eso, no hay ningún impacto mayor en el tipo de cambio”, sostuvo.