María Gloria Báez
Adorno avanzó en un tipo de análisis marxista poco convencional en libros como Dialéctica de la Ilustración (1944), Minima Moralia (1951), Dialéctica negativa (1966) y un estudio monumental en sicología cualitativa titulado La personalidad autoritaria (1950). Es ampliamente considerado como uno de los pensadores más influyentes del siglo XX.
Hizo contribuciones originales en una variedad de campos, incluida la estética, la filosofía moral, la teoría social, y escribió ampliamente sobre la historia de la filosofía moderna. Pianista y compositor, consumado estilista en prosa, también publicó extensamente sobre música y literatura. Estos logros individuales deben verse junto con el papel principal de Adorno en el desarrollo de la teoría crítica en Alemania desde la década de 1930 hasta la década de 1960, a través de su contribución al Instituto interdisciplinario de Investigación Social.
Pionero del estudio interdisciplinario de la cultura y la sociedad, el trabajo de Adorno es deliberadamente no sistemático, y su pensamiento se manifiesta en un enorme cuerpo de trabajo escrito sobre diversos temas, incluyendo trabajos de temas polémicos con filósofos contemporáneos; intervenciones en debates de tipo sociológicos y políticos; la crítica histórica y la recuperación de la filosofía alemana, particularmente sobre el trabajo de Kant y Hegel; crítica de arte y ensayos literarios.
Los esfuerzos teóricos de Adorno han adquirido una nueva relevancia en estos días. La idea central más importante de su tesis es que “las condiciones sociales del fascismo siguen existiendo”. La estructura central del capitalismo (“la tendencia de concentración del capital”, el desarrollo acelerado de la fuerza productiva, la incertidumbre de la situación social de la vida para la mayoría de las personas) significaba ya entonces que la constitución democrática de la sociedad seguía siendo un asunto serio y formal. “En este sentido, los movimientos fascistas podrían describirse como los estigmas, las cicatrices de una democracia que aún no están a la altura de su propio concepto”.
EL FASCISMO
A pesar de la gran brecha de más de 50 años, las ideas de Adorno sobre el radicalismo de derecha contienen referencias importantes a los movimientos actuales de la nueva derecha. En una conferencia en 1967, Adorno argumentaba que las condiciones sociales para el fascismo todavía existían, aunque ya no eran “directamente políticas” después de la fundación de la República Federal y la promulgación de la Ley Básica en el año 1949.
De esta continuidad histórica deduce: “Las agrupaciones políticas duran más que los sistemas y las catástrofes” y puede surgir un nuevo movimiento “cuando el potencial dado por las condiciones objetivas es aprovechado y controlado en situaciones de escalada. Aquí aborda tres aspectos clave: a) ¿Cuáles son los aspectos importantes de la dinámica que acompañan el surgimiento de la extrema derecha? b) ¿Estamos tratando con un tipo de “frase consuelo” sobre el resto de lo que no se puede enseñar, o con las improntas de una democracia inacabada? c) ¿Cuáles son los argumentos contra los potenciales adherentes del radicalismo de derecha? La característica central del radicalismo de derecha es la naturaleza fragmentaria de su ideología, “en la medida en que sea una ideología independiente y bien desarrollada”. Esta terminología explica por qué la propaganda debería cubrir a los sustitutos de la frágil colección de ideas. El discurso de la derecha está determinado por el predominio de una práctica no conceptual. Se trata de apelaciones a la autoridad y al culto de los símbolos nacionales, que se defiende en la confrontación política con técnicas de mentiras groseras. Incluso hoy, estos bloques de construcción fragmentarios están surgiendo en la derecha moderna: la condena a la “prensa mentirosa” con sus noticias falsas está enfrentando teorías de conspiración a los ciudadanos. El secreto soberano es un pequeño y poderoso grupo de liderazgo político dentro de los partidos que ha sido responsable de las aberraciones de las últimas décadas, una clase política cuyo interés principal es la preservación del poder, el estatus y el bienestar material.
Adorno no esboza las deformaciones de la economía capitalista en detalle ni sus implicaciones sociopolíticas para la superestructura ideal. Se opone a la simple idea de que los estados de ánimo extremistas de derecha son directamente la expresión de enfermedades sociales. En cambio, sugiere que “anhelos y expectativas de larga data, miedos y disturbios hacen que las personas sean susceptibles a ciertas creencias y resistentes a otras”. El juego del nuevo radicalismo de derecha con los deseos inconscientes y la inmensa ira de sus seguidores marca para Adorno el papel de la personalidad autoritaria: el fascismo y el radicalismo de derecha van acompañados de “personalidades autoritarias”. Por el momento, el autoritarismo no se refiere a actitudes o ideologías políticas específicas. El término apunta a un nivel de conciencia pre-político y describe un acceso general al mundo. Las personas con una visión autoritaria del mundo se alinean con comportamientos convencionales, tienden a percibir a los extraños como una amenaza. También debemos de preguntarnos, cuáles son los motivos del actual auge político de la nueva derecha. En las democracias occidentales, los partidos autoritarios, semi-autoritarios, identitarios o populistas, que mutan al populismo de derecha en muchos países, aumentan su participación en la votación. Los motores de motivación para la aceptación de ofertas correctas no son sus alternativas, sino las sensaciones de una pérdida integral de control. El centro social se erosiona. Los efectos negativos se sienten por un número creciente de ciudadanos. Los partidos del centro pierden su apoyo social porque no encuentran una receta para la pérdida generalizada del control del orden social meritocrático.
Las traducciones poco confiables obstaculizaron la recepción inicial del trabajo publicado de Adorno. Sin embargo, desde la década de 1990, han aparecido mejores traducciones, así como conferencias recientemente difundidas y otras obras póstumas que aún se están publicando. Estos materiales no solo facilitan una evaluación emergente de su trabajo en epistemología y ética, sino que también fortalecen una recepción ya avanzada de su trabajo en estética y teoría cultural.
Adorno es un escritor extremadamente desafiante debido a su preocupación por la forma y su gama de referencias culturales e intelectuales. Aunque su pensamiento es ensayístico y antisistémico, insiste en la interconexión de temas de filosofía y análisis cultural que a menudo se tratan en distintos campos. Del mismo modo, enfatiza la mediación de la subjetividad individual y las categorías del pensamiento filosófico dentro de la totalidad del mundo social e histórico concreto. Para cualquiera que busque concentrarse en un área particular del pensamiento de Adorno, será útil tener una idea del trabajo en su conjunto. Además, debido a su concepción de la tarea de la filosofía como crítica inmanente, es importante contextualizar su trabajo en relación con su contexto histórico inmediato así como en las tradiciones intelectuales en las que se basa.
El pasado 6 de agosto se cumplieron cincuenta años de la muerte de uno de los filósofos contemporáneos más influyentes de la modernidad. Un repaso por sus ideas.
Filosofía
En 1967, Adorno argumentaba que las condiciones sociales para el fascismo todavía existían.