17 jun. 2025

LA AMBICIÓN ANTES QUE EL PATRIOTISMO

Los primeros 100 días

Lunes|3|NOVIEMBRE|2008

El día 22 de noviembre concluyen los primeros 100 días de gobierno del presidente Fernando Lugo. No es un tiempo mágico en el que se solucionan todos los problemas, solo es el lapso prudencial que nos permite analizar el rumbo que toman las nuevas autoridades, con esto se tendrá una idea, según sean las medidas básicas que se adopten.

Hay que entender que, desde el momento en que asumió el mando, el señor presidente, no las tuvo todas a favor. Sin embargo eso era algo de esperar, ya que los ciudadanos de este país, teníamos una vaga idea de la situación lamentable en que, los burócratas recién instalados, encontrarían las arcas del Banco Central.

Hasta la fecha y faltando pocos días para que el plazo expire, se puede decir que ninguna de las medidas tomadas, han sido de fondo, que atacaron la raíz de los problemas, arrastrados casi desde la época de la colonia. Solo se remendaron situaciones insostenibles con ocasionales parches, para apagar incendios acá y allá. Pero siguen esperando los temas puntuales que carcomen a nuestra sociedad, como la falta de empleo, seguridad civil, salud, justicia pronta y barata, seguridad jurídica para los inversores, educación para todos, salarios justos, protagonismo de nuestra Cancillería en los temas que nos afectan.

Sin embargo, se perdió mucho tiempo en marchas y contramarchas estériles, disputas conceptuales entre los mismos integrantes de la Alianza y luchas internas dentro de los mismos liberales que no pedían, sino que exigían un protagonismo mucho más amplio, del que ya tienen. Todas estas torpezas domésticas han hecho que se perdieran miserablemente muchos días valiosos.

A los liberales, quienes exigen protagonismo,cuando que ya lo tienen de por sí, al ostentar el poder del gobierno; les digo que el protagonismo no se gana con exigencias, sino con mucho trabajo silencioso y presentando hechos concretos ya realizados. El protagonismo por el protagonismo mismo, sólo conduce a cometer errores idénticos a los que catapultaron a los colorados a una inexorable derrota.

Los liberales que sustentan, actualmente el poder, en los distintos estamentos, deberían hacer también un “mea culpa”, teniendo en cuenta que muchos de los actuales dirigentes fueron cómplices silenciosos de un stronismo dictatorial y dócil oposición en los posteriores gobiernos colorados, salvando honrosas excepciones, que fueron muy pocas por cierto.

El momento coyuntural grave que soportamos exige olvidarse de ser figura, para constituirse en meros protagonistas de la refundación del Estado paraguayo, que corre serios riesgos de gran atomización ante una probable guerra civil si no se toman las medidas para apagar el incendio campesino que promete quemar a todo el país si no se le encuentra una urgente solución a sus reclamos.

Estimado señor vicepresidente, no necesitamos el protagonismo liberal, precisamos que se renuncie a la ambición desmedida por querer aparecer en todos los medios masivos de comunicación. Deseamos más humildad de parte de todos los nuevos funcionarios. Queremos una mayor entrega y efectividad durante las horas de trabajo.

Anhelamos que ustedes que tienen el poder que hemos depositado en sus manos, dejen de lado las actitudes mezquinas y egoístas y volvamos a nuestras raíces, aquellas mismas que pregonaba el gran Decoud, que decía que el fin último de la doctrina liberal era sentirse orgulloso de la paraguayidad. Pero para esto también debe cesar la masiva emigración de nuestra gente al exterior.

Deseamos que no se vuelvan a cometer los mismos errores del pasado, que era tomar el cargo público como un botín de guerra. Esto fue lo que sumergió en la penumbra a nuestro país. Para que Paraguay resurja de las cenizas, se necesita imperiosamente que se entierre la ambición personal para dejar paso al mismo patriotismo de nuestros mayores, aquellos guerreros de mil batallas, a quienes no les importó sacrificar sus vidas en pos de garantizar un futuro para sus compatriotas. Hoy estamos precisando ese patriotismo.