AFP
WASHINGTON-EEUU
Un juez estadounidense bloqueó temporalmente ayer la distribución en línea de planos para fabricar armas de fuego en impresoras 3D, poniendo fin a un acuerdo que el gobierno de Donald Trump alcanzó con la compañía que planea comercializar los documentos.
El juez federal Robert Lasnik de Seattle, estado de Washington, aceptó la solicitud de los fiscales de 8 estados del país y el Distrito de Columbia, donde está la capital Washington, calificando al acuerdo con el grupo Defense Distributed como “arbitrario y caprichoso”.
Luego de una larga batalla judicial, a finales de junio, el Gobierno federal autorizó al grupo Defense Distributed poner en línea los planos digitales que permiten la fabricación casera de armas con una impresora 3D. Estos objetos, que se hacen de plástico, funcionan como un arma muy real. Al no ser industrializados no tienen número de serie, tampoco suenan al pasar por un detector de metales y potencialmente no se pueden rastrear. “El momento de las armas descargables realmente comienza”, promete el sitio del grupo, fundado por Cody Wilson, un libertario de 30 años.
Estaba previsto que los programas de instrucción fueran puestos en línea hoy, pero Wilson dijo a la revista Wired ayer que él ya publicó esas instrucciones. Y, de acuerdo con la revista, “ya fueron descargados miles de veces. Los publiqué el 27 de julio”, dijo Cody Wilson. “La fecha del 1 de agosto es para efectos de mercadeo”.
“Es una locura dar a los delincuentes las herramientas para imprimir en 3D armas que son imposibles de rastrear y que no se pueden detectar, con solo apretar un botón”, dijo la fiscala del estado de Nueva York, Barbara Underwood. Una veintena de fiscales estatales también escribieron al fiscal general de EEUU, Jeff Sessions, y al secretario de Estado, Mike Pompeo, para denunciar el acuerdo entre el Gobierno y Defense Distributed. Es un acuerdo profundamente peligroso que podría tener un impacto sin precedentes en la seguridad pública, dijeron.
EEUU, donde unas 30.000 personas mueren al año a causa de las armas de fuego, está profundamente dividido por la discusión sobre el control de armas personales, particularmente por numerosas matanzas masivas, muchas veces perpetradas con armas que fueron compradas de manera legal.
Más sorprendente aún es que el propio Trump parece oponerse a esta nueva forma de armarse. “Estoy investigando este caso de armas de plástico 3D vendidas al gran público”, escribió Trump. El mandatario, que ya consultó el tema con el principal lobby de armas de fuego, la Asociación Nacional del Rifle, añadió: “¡Eso no parece tener mucho sentido!”.