Al menos 92 personas murieron ayer en ataques ocurridos en distintos puntos de Irak en una nueva jornada de violencia de la que no se salvó el Ejército estadounidense, ya que también perdió a uno de sus soldados en una explosión.
El atentado más sangriento se produjo en Bagdad, donde la explosión de dos coches bomba dejó 75 personas muertas y 160 heridas en pleno centro de la ciudad, afirmaron fuentes del Ministerio de Interior.
Según el general Yihad Al Yabri al canal Al Iraqiya, una de las explosiones tuvo lugar cerca del túnel de Al Bab Al Sharqí y la otra se produjo en las proximidades del mercado de Al Haray.
Al Yabri explicó que cada uno de los dos coches bomba llevaba alrededor de 85 kilos de explosivos.
En otro incidente, 3 policías perdieron la vida y 10 resultaron heridos al explotar una bomba cerca de su convoy en la localidad de Tel Afar, 470 kilómetros al noroeste de Bagdad.
En el barrio de Al Dura, una mujer falleció y 6 personas resultaron heridas por la caída de varios proyectiles de mortero cerca de un colegio, y en el oeste de Bagdad un grupo de insurgentes mató a un policía que trabajaba en la protección de las instalaciones petroleras.
En cuanto a las bajas entre los soldados estadounidenses, el Ejército norteamericano anunció la muerte ayer de uno de sus uniformados por el estallido de un artefacto explosivo que, además, causó heridas a cuatro soldados más. EFE