El Partido de Demócrata Cristianos (CDU) de Merkel y su partido hermano bávaro, la Unión Social Cristiana (CSU), ganó las elecciones del 22 de septiembre, pero no obtuvo la mayoría. Necesitaban un socio y han pasado buena parte de los últimos tres meses negociando un acuerdo de coalición con el SPD, que quedó en segundo puesto.
Un “no” habría sumido en la crisis a Alemania y complicado los esfuerzos de la Unión Europea para una reforma de la unión bancaria, el cual incluirá un organismo del Banco Central Europeo que obligará al cierre de las entidades más débiles. Un “no” habría forzado también al líder de los social demócratas del SPD, Sigmar Gabril, y a sus diputados, a dimitir. REUTERS