Las edades de las aseguradas llamaron la atención, así como una amplia lista de beneficiarias que retiran medicamentos costosos, según datos de la Gerencia de Salud. El licenciado Américo Riquelme, titular de AOP, explicó que pese a ser una cifra alta fiscalizan la casa de las inscriptas al seguro social con el fin de verificar si realmente desempeñan las labores domésticas.
“Personas muy mayores se inscriben a muy avanzada edad como empleadas domésticas, personas que a lo mejor se inscriben como empleadas domésticas e inmediatamente después van a solicitar una medicación muy costosa. Yo no sé si son personas de escasos o de altos recursos”, indicó Riquelme.
Los fiscalizadores de AOP llevan a cabo los controles permanentes a aquellos asegurados con bajos aportes y que demandan inversiones muy altas en salud.
Añadió que en muchos casos sí detectan que son trabajadoras domésticas; es decir, las tradicionales nanas que siguen cuidando y viviendo con la familia, y que no pudieron acceder a la jubilación por lo que deben seguir trabajando.
En casos en que se detecte lo contrario, son sacadas del seguro social. “En otros casos puede que sea una persona que ingresó hace dos años y tiene esa edad, a lo mejor es familiar y no es empleada doméstica”, señaló.
“Acá no hay mala intención, mala fe. Lo que hacemos es imprimir controles que felizmente hasta ahora con la mayor apertura de intercambio de información, hacemos procesos masivos que nos permiten tener éxito en números más importantes. La previsional siempre hizo estos controles”, alegó.
El sueldo de las trabajadoras doméstica aumentó de 40% a 60% del salario mínimo legal vigente (G. 1.824.055), es decir a G. 1.094.433, tras la entrada en vigor en octubre pasado de la Ley de Trabajo Doméstico.
El 5,5 % aporta la patronal y el 2,5 % queda a cargo de la trabajadora. Estimativamente, el monto anterior era de G. 58.369, ahora pasará a abonarse G. 87.554. IPS registra cerca de 26.000 domésticas que reciben las prestaciones de salud en el país.