La jueza de Ejecución en lo Penal, Ana María Llanes, en una visita de rutina que realizó al penal de mujeres del Buen Pastor, constató que de 209 internas que están en ese lugar, 85 tienen condena, por lo que se mostró preocupada ante tanta desidia de los defensores públicos que supuestamente son los encargados de velar por los casos de las reclusas.
Además sostuvo que lo más preocupante es que existen 13 mujeres con enfermedad mental, de las cuales 3 están aisladas por su alta peligrosidad y violencia.
Las 10 que están fuera del pabellón siquiátrico están bajo prospección médica.
Durante la visita, Llanes habló con las 3 internas del pabellón de aislamiento, donde realizan sus necesidades en el piso.
Las que están aisladas son: Graciela Olmedo, Nurimar Aquino y Mirtha Brítez, quienes tienen problemas mentales.
“Constatamos el estado deplorable de algunos sanitarios, que afecta a la salubridad de la población penal. Cañerías rotas, trancadas y los pisos hundidos son algunos de los problemas”, indicó la jueza.
También recibió quejas de las funcionarias del correccional, por el estado de deterioro en que está el edificio.
La jueza igualmente escuchó denuncias sobre maltratos a tres internas de parte de guardiacárceles varones, quienes fueron trasladados a otras penitenciarías.
Por de pronto, la jueza ordenará en primera instancia la provisión de medicamentos para algunas internas que sufren alguna enfermedad.
“La mayor problemática es la falta de asistencia de defensores públicos”, replicó.
Existen algunas internas que desde hace un año y medio que no son visitadas por sus abogados, mucho menos fueron a declarar. “La justicia pronta y barata es la que falta en estos casos”, enfatizó.
La representante de la justicia refirió que existen muchas extranjeras que también están a la espera de una resolución de sus causas.
En el momento de la visita de rutina, las directora de la institución, Martha Báez, no se encontraba ya que está con permiso de reposo, la magistrada fue atendida por la jefa de celadoras, Rosa Giménez.
Muchas reclusas se acercaron a la jueza para reclamar el lento proceso judicial de sus respectivos casos, por lo que la magistrada prometió intermediar para que por lo menos, los defensores se cercioren de sus procesos.
La encargada interina de la institución, Rosa Giménez, admitió que existen muchas falencias a consecuencia del ínfimo presupuesto que le es destinado desde el Ministerio de Justicia y Trabajo.
Durante la inspección de las autoridades de ejecución, ya se habían llegado los familiares de la mayoría de las internas que aprovechan ese tiempo para dispersarse en el patio del correccional.
Paradójicamente al deterioro de algunos pabellones ,otros están siendo construidos y reacomodados para otras áreas.
Los niños de la cárcel. Con la visita de la jueza Ana María Llanes a dicha penitenciaría, se pudo constatar que en dicha institución habitan 16 niños, cuyas madres están por diferentes delitos.
Las madres están ubicadas en lugares que fueron reacondicionados para el confort de los menores, que aprovecharon el horario de visita para salir al patio a recrearse.
Se visualizó también que existen numerosas internas que están en estado de gestación, algunas inclusive en el noveno mes, que precisarán ser trasladadas hasta un nosocomio para dar luz.
En la enfermería solo atiende un solo médico y se reclama por más profesionales.
Acusada sigue en huelga de hambre
Nidia Espínola de Rosa, condenada por el secuestro de María Edith Bordón de Debernardi, continúa con su huelga de hambre en busca de su libertad condicional.
Está en esa condición hace 45 días, consume solamente alimentos líquidos.
La acusada de secuestro pidió a la jueza Ana María Llanes para que vea la posibilidad de promover su causa ante la Corte Suprema de Justicia, que le negó su libertad por considerarla peligrosa y que puede tener intenciones de fuga.
En el momento de la visita, la condenada estaba en una de las camas de la pequeña enfermería del lugar, inclusive le fueron suministrados sueros porque ya se encontraba un poco desnutrida.
“Conmigo está ocurriendo una injusticia por no darme la libertad condicional, así como se le otorgó a Cinthia Pérez Toranzos, quien fue beneficiada tras estar en la cárcel por el secuestro de María Mercedes Elizeche.
Otra de las reclusas que también se encontraba en el patio de la penitenciaría es Carmen Villalba, condenada por el secuestro de María Edith Bordón, quien cumple una pena de 18 años. Llamativamente, se encontraba sin cuatro de sus hijos.