Desde hace 18 años Salustiano Sosa se dedica a captar las imágenes de los chiquitos que montan los simpáticos caballitos que se encuentran a un costado del Tupâsy Ykua en Caacupé.
A medida que el servicio tuvo la aceptación el negocio fue creciendo, comentó Sosa. “Siempre me atrajo la fotografía y esto fue creciendo poco a poco. Empecé con un caballito, después traje el carrito y ahora ya ven cómo me fue”, explicó mientras colocaba a un niño sobre el carrito adornado con la imagen de la virgencita.
Las fotografías tiene un costo de G. 10.000 en un tamaño especial “para llevarla en la billetera”, según Sosa. Las de G. 15.000 son puestas dentro de una tarjeta preparadas para obsequiar.
Sosa es caacupeño y mantiene con su trabajo a sus cuatro hijos. “Estoy acá desde las 7 y me quedo después de la misa, que es cuando hay más gente”, contó.
Con una paciencia desarrollada con la experiencia tiene estrategias para que los chiquitos miren a la cámara para la foto, incluso con monosílabos logra que dejen de llorar y disfruten de la instantánea.
ORGANIZADOS. Son 14 los fotógrafos que se encuentran en la zona del santuario con sus respectivos carritos. Todos están acreditados por la basílica. Sosa indicó que cuentan con el apoyo del padre Modesto Martínez, quien les provee de las credenciales para formalizar la tarea durante las festividades. “Nuestro trabajo es serio”, aseguró.