Desde el Palacio de Gobierno se mostraron confiados en que no alcanzarán los votos necesarios (53) para el voto de censura a Villamayor.
El Poder Ejecutivo realizó un intenso lobby para evitar la derrota política frente al cartismo, principal promotor del voto de censura. Uno de los articuladores justamente es José Alberto Alderete, quien está más cerca de Horacio Cartes, y se distanció del equipo original que llevó a Mario Abdo Benítez al sillón presidencial.
De prosperar el voto de censura, Villamayor adelantó que dará un paso al costado y no seguirá en el cargo como jefe de Gabinete. El que tiene voto de censura encima y sigue en el cargo es Eduardo Petta, ministro de Educación.
Villamayor sorteó la interpelación que hubo en la Cámara Baja, donde fue a rendir cuentas sobre lo conversado con los emisarios de Juan Guaidó en el marco del intento de acuerdo para negociar la deuda que arrastra Paraguay a PDVSA. El principal cuestionamiento es el manejo sigiloso de un interés de Estado que trascendió tras una publicación de un medio en Estados Unidos. A esto se suma la intención de que un abogado argentino se beneficie con el pago de USD 26 millones.
Hay conversaciones con los diputados del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), donde en una maniobra se liberaron los votos para las cuatro bancadas que están divididas. Sin embargo, el único que está fuerte con el cartismo es el sector liderado por Blas Llano.
Inclusive, trascendió que se podría dar una especie de trueque político para que Añetete pueda acompañar el juicio político a Sandra Quiñónez a cambio de no apoyar el voto de censura contra Villamayor.
Una de las estrategias impulsadas por el Ejecutivo para revertir el escenario en favor del Ejecutivo es condicionar varios intereses que tienen los liberales a nivel del Estado. Inclusive, en las últimas horas, algunos de ellos ya fueron desinflando su posición de votar por la censura.