18:19-30/04/07
Washington, 30 abr (EFE).-
Según el informe anual sobre terrorismo publicado hoy por el Departamento de Estado, los grupos terroristas de Hizbulá y Hamás podrían solicitar donaciones a los extremistas de las comunidades musulmanas asentadas en varias regiones de los tres países.
Sin embargo, el documento aclara que no existen evidencias que señalen que estos u otros grupos extremistas islamistas tengan una presencia operativa en la zona de la Triple Frontera.
El Departamento de Estado señaló en el reporte que Argentina cooperó muy bien con Estados Unidos a un nivel operativo.
El pasado 20 de diciembre el presidente argentino, Néstor Kirchner, envió un proyecto de ley antiterrorista al Congreso que, de ser aprobado, significaría que tanto los actos de terrorismo como su financiación podrían ser considerados como delito, apuntó.
Además, indicó, tanto el gobierno argentino como el Banco Central se han comprometido a congelar los activos que estén invertidos en cualquier institución financiera argentina de cualquier grupo que sea considerado como terrorista por las Naciones Unidas.
En el caso de Brasil, el informe señala que su gobierno ha condenado vigorosamente el terrorismo, pero destaca que no ha proporcionado el apoyo político y material necesario para fortalecer la lucha interna contra esta lacra.
El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva no ha presentado por el momento ninguna nueva ley antiterrorista y ha decidido no establecer un régimen que designe la pertenencia o el apoyo a cualquier grupo terrorista como delito, precisó el Departamento de Estado.
En relación a Paraguay, indicó que cooperó siempre con Estados Unidos en materia antiterrorista, pero resaltó que su sistema judicial no aún de dispone de leyes contra el lavado de dinero y las actividades terroristas.
Desde 1990 la zona de la Triple Frontera estableció un mecanismo para ocuparse de las actividades ilícitas que se daban en esta zona, tales como tráfico ilegal de armas y drogas, lavado de dinero, fraude documental y contrabando.
En 2002, Estados Unidos invitó a estos países a formar parte de un grupo que se denomina “3+1 de Seguridad en la zona de la Triple Frontera” para mejorar las capacidades de Argentina, Paraguay y Brasil en la lucha contra el crimen transfronterizo y potenciales actividades de financiación terrorista.