Ante la limitada capacidad de 1.000 personas que podrían participar de las misas por la fiesta de la Virgen de los Milagros, monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, afirmó que se debe explicar a los fieles –que sí o sí van a Caacupé los días 7 y 8– que nos encontramos en una situación difícil que no permite realizar la festividad como todos los años y las promesas pueden ser cumplidas de otras maneras.
Sostuvo que Dios pone a prueba nuestra fe y que esa persona puede cumplir más adelante esa promesa. Lo que Dios ve no es la fecha y la hora, sino la disponibilidad de tu corazón. Recordando el mandamiento de amor, de ayudar al enfermo, dar de comer al hambriento, vestir al desnudo. Eso es lo que realmente vale, lo otro es un cumplimiento más pasajero’’, señaló en contacto con Monumental 1080 AM.