Por Miguela Benítez Fariña
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Diego Gamarra Britos (33) es médico pediatra intensivista y así como hace malabarismos para salvar la vida de los niños, realiza un esfuerzo sobrehumano para cubrir su presupuesto mensual, con tres guardias semanales en diferentes hospitales.
Gamarra tiene la piel del rostro en carne viva, tras varios días de marcha por el microcentro de Asunción con sus colegas y también con las enfermeras y enfermeros, en defensa de un presupuesto más justo para salud pública. Pero no está cansado, confiesa, confiado en que las cosas van a mejorar.
Está casado con una doctora y es padre de dos niños, una nena de 6 y un varón de 9 meses. Gamarra es el primer médico de la residencia de terapia intensiva de Clínicas. Tiene seis años de carrera en medicina, cinco de posgrado y por una beca a España, hizo una ampliación de estudios en terapia intensiva.
TRES GUARDIAS SEMANALES. La semana transcurre movida para Gamarra, con solo unas horas para dedicarle a su familia, si se considera que también debe dormir. Los martes hace guardia en el Centro Materno Infantil (CMI) de San Lorenzo (dependiente de la Universidad Nacional de Asunción), los jueves en el sanatorio Santa Clara y todos los sábados atiende la guardia del Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu (dependiente del Ministerio de Salud) de Reducto.
“En el mundo ya no se recomiendan guardias de 24 horas, sino de 12 horas. Llega un momento en que ya no rendís, podés caer en un error. Y eso para alguien que atiende a un niño, es vital”, considera Desirée Masi, presidenta del Círculo Paraguayo de Médicos y asesora de la Federación Nacional de Trabajadores de la salud.
Masi, con años de trayectoria en la lucha gremial del Hospital de Clínicas, cuenta que siempre le pregunta a los parlamentarios si se dejarían operar, si saben que el anestesista que les va atender tiene 48 horas sin dormir, o que el cirujano que les va a operar salió de su guardia de Pedro Juan y vino manejando hasta Asunción, a tomar la otra guardia.
“Muchos dicen que los médicos trabajan una vez a la semana nomás, pero si vos dividís 24 horas en tres días, un doctor trabaja en un día lo que un funcionario público trabaja en tres. Y además, las horas nocturnas son terribles”, considera Masi.
Y Gamarra, que escucha atento a Masi, cuenta que los aumentos solicitados por ellos no superan los doscientos mil guaraníes.
Este médico percibe con esfuerzo, entre los trabajos que desempeña, uno seis millones de guaraníes, lo que se le va en un abrir y cerrar de ojos, confiesa, debido a los gastos familiares, y el préstamo de su casa que está pagando con mucho esfuerzo.
Trabajan gratis
El pluriempleo es una realidad en Paraguay. Y los médicos no escapan a eso. Marcelo Rivas es un neurocirujano pediátrico que gana 1.500.000 guaraníes en el sector público y además –recalca Desireé Masi– trabaja gratis, porque hace tres meses que no cobra.
Rivas (32) tiene una esposa médica, tres hijos y vive en un departamento alquilado.
“Marcelo va todos los días al Hospital. Su carga horaria es de 20 horas semanales. Entonces él hace cuatro horas al día. Tiene medio tiempo para desempeñarse en otros lugares”, especifica Masi.
Rivas hizo una especialización en el Garragan de Buenos Aires, unos de los hospitales de referencia de la región, con el esfuerzo de sus padres y su esposa, que hicieron un préstamo para enviarlo.
“Este médico vive de su trabajo en hospitales privados. Se especializó con sus propios recursos y en este momento ni siquiera tiene un salario digno. El Estado se está aprovechando de la inversión que hizo la familia de Marcelo y no hace nada para retenerlo en el sector público”, destaca.